Real Zaragoza

La gran chapuza de Velázquez

El primer relevo en el banquillo zaragocista ha sido, de lejos, el que peor resultado ha dado entre todos los cambios de entrenador que se han producido ya en Segunda

El pucelano cogió al equipo a cinco puntos del playoff y a siete del ascenso directo y lo dejó a once del sexto puesto y a trece del segundo

Diez equipos han adoptado ya esa medida pero solo Zaragoza y Espanyol en dos ocasiones

Julio Velázquez, cabizbajo en uno de sus últimos partidos al frente del Zaragoza.

Julio Velázquez, cabizbajo en uno de sus últimos partidos al frente del Zaragoza. / MIGUEL ÁNGEL GRACIA

Jorge Oto

Jorge Oto

Doce cambios de entrenador se han llevado a cabo ya en Segunda División a lo largo de la temporada. Dos de ellos pertenecen al Real Zaragoza, el único de la categoría junto al Espanyol que ha tenido tres técnicos durante el curso. Andorra y Albacete han sido los últimos en sumarse al amplio listado de equipos que han decidido buscar un revulsivo en el banquillo cuando apenas restan diez jornadas para la conclusión del campeonato. Ambos, con la esperanza de dar continuidad al buen resultado que, en líneas generales, está obteniendo la medida en otras escuadras. Y es que el cambio casi siempre ha sido a mejor y ningún entrenador recién llegado ha empeorado los resultados de su predecesor. Todos salvo el Zaragoza, claro.

Porque la llegada de Velázquez no hizo sino empeorarlo todo aún más. El pucelano hizo reaccionar al principio a un Zaragoza roto tras una nefasta dinámica que le costó el cargo a Escribá, pero el efecto del nuevo técnico duró demasiado poco y el conjunto aragonés se vio inmerso en una involución que alejó al equipo de la zona de arriba de forma definitiva. Velázquez tomó los mandos del Zaragoza a cinco puntos del playoff y a siete del ascenso directo tras la jornada 16 y se marchó dejando al equipo a 11 del sexto clasificado y a 13 del segundo. El cambio, está claro, fue a peor hasta convertir la situación en insostenible y abocó al club a recurrir a Víctor Fernández para tratar de sacar a flote una nave a la deriva tras el gran fracaso de Cordero en su primera elección de entrenador para el Zaragoza.

En el resto de escuadras, el relevo, en el peor de los casos, no empeoró las cosas. Incluso en el Espanyol y en el Levante, los dos casos más dudosos. Ramis sustituyó a Luis García con el equipo catalán quinto a tres puntos del ascenso directo y pasó el testigo a Manolo González con el Espanyol tercero a un punto del segundo. En el Levante, Miñambres, director deportivo del club, despidió a Calleja en la jornada 27 con el equipo décimo a tres puntos del playoff, la misma distancia que en la actualidad.

Hidalgo y otros grandes cambios

Los otros cambios de entrenador siempre dieron un gran resultado. El Oviedo era penúltimo cuando cambió a Álvaro por Carrión y ahora es noveno a dos puntos del sexto. También ocupaban esa misma 21ª posición el Cartagena, el Alcorcón y el Amorebieta cuando decidieron cambiar de técnico. Ahora, Calero y Nafti han sacado a murcianos y madrileños de abajo hasta disponer de seis y un punto de renta sobre el descenso, respectivamente, mientras que Castro ha dado vida a un Amorebieta desahuciado hasta situarlo a tres puntos de la salvación.

Aunque, seguramente, el cambio más efectivo se produjo en El Alcoraz, donde Hidalgo ha transformado a un Huesca que era penúltimo a tres puntos de la salvación cuando llegó y ahora está con ocho sobre el pozo.

En total, diez equipos (casi la mitad de los que componen la categoría) han acometido un cambio de técnico durante la temporada y la gran mayoría partían como candidatos a luchar por la salvación. Sin embargo, Levante, Espanyol, Oviedo y Zaragoza no entraban, en principio, en esa quiniela, sino que estaban llamados a luchar por estar arriba y figurar entre los aspirantes al ascenso. Todos ellos, salvo el Zaragoza, mantiene intactas sus opciones. Los que estaban abajo han salido o están en ello. El cambio ha sido efectivo. Salvo Velázquez, claro. La gran chapuza. 

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