¿Cuántas veces hemos escuchado eso de que la pizza solo tiene que ser esporádica? Como mucho debería ser tu cheat meal o comida trampa de la semana y hay otros manjares que también cuesta quitar en beneficio de la pizza como una buena hamburguesa por ejemplo.

Ahora bien, es verdad que solo debe ser un alimento esporádico porque contiene muchas calorías y, sobre todo, ingredientes que no son saludables para nada. Es habitual el empleo de grandes cantidades de queso (que está buenísimo, pero es muy calórico y graso), bacon, carne, chorizo, salami picante (pepperoni) y otros elementos. Y eso por no hablar de la masa, que está hecha de harinas refinadas y que tampoco son demasiado saludables.

Pero sí, se puede hacer una pizza mucho más sana y que se pueda incluir en la dieta. No por supuesto para todas las semanas ni para todos los días ni en cantidades gigantes, pero se puede elaborar de forma casera con ingredientes más saludables, más vegetales y carnes no tan grasas. Así bajará el nivel de calorías y tu sentimiento de culpa no será tan elevado.

Los trucos

Comencemos por la masa, la cual se puede mejorar de dos maneras, porque hay que evitar las harinas refinadas. Una es emplear la integral, aunque lo ideal es mezclarla con la tradicional. No es lo mejor, porque el índice de hidratos seguirá siendo muy elevado, pero algo ayuda. La segunda opción es comprar o hacer de forma manual una masa a base de coliflor. Si se trabaja bien queda muy, muy similar a una masa tradicional y, en este caso, muy sana.

En la base siempre suele haber tomate y queso, los cuales también se pueden mejorar. El tomate, mejor triturado o casero que frito, por la obvia presencia de aceite, aunque también puedes echar natural en rodajas; y en los quesos hay mozzarella light o fresca, con muchas menos calorías, aunque lo mejor es optar por el queso fresco.

Por último, los toppings. Las verduras siempre son bienvenidas y las hay con mucho sabor: calabacín, cebolla, pimiento, aceitunas o berenjena hay que tenerlos muy en cuenta. Y en cuanto a las carnes, olvídate de los procesados y los embutidos y elige pechuga de pollo, carne picada de pollo o pavo. Para finalizar, puedes hacer una pizza distinta con pescados y mariscos, como atún natural en conserva, gambas o langostinos.