Te compras unos calcetines, sean blancos o de color, te los pones, están impolutos, llegas a casa, te descalzas, los usas un día, los echas a lavar y repites el proceso. Posiblemente a la semana y sin saber muy bien por qué (salvo que seas de esa gente que nunca va descalza por casa, que entonces ahí tienes la respuesta).

Seguramente sea porque echas los calcetines sin más a la lavadora con el resto de ropa, pones un programa, que generalmente será de baja temperatura o de agua incluso fría, y te olvidas de ellos. Te durarán en un perfecto estado de revista poco tiempo.

El caso es que hay que tratar los calcetines y saber cómo actuar con ellos para que las manchas negras no aparezcan o que, si ya lo han hecho, desaparezcan. Es lo mismo que ocurre con las manchas difíciles, no se pueden echar las prendas con tomate o aceite directamente a la lavadora y esperar que ocurra un milagro.

Si son blancos

Pon en un recipiente agua tibia para empezar. Es muy importante que sea tibia, porque la muy caliente hará que la suciedad se agarre y la fría minimizará el efecto. Si la suciedad es extrema, frota con jabón de lavadora primero y si no, utiliza ases de la limpieza en el agua.

Después, haz una mezcla del agua con zumo de dos limones naturales y tres cucharadas de bicarbonato, que son dos de los reyes absolutos de la limpieza casera y de los remedios caseros. El bicarbonato será capaz de despegar la suciedad de la ropa, mientras que el limón quitará los malos olores. Déjalos a remojo como mínimo dos horas.

En cuanto al lavado hay dos recomendaciones. Una es que no uses suavizantes, especialmente los de supermercado, aunque sí que puedes usar uno que hayas hecho tú. Y segundo, programa corto para tejidos delicados.

Si son de color

El problema es que se puedes desteñir, pero para eso tenemos un aliado, que es la pata que falta del trío de ases de la limpieza. Eso sí, será recomendable hacer una colada solo de calcetines.

Simplemente pon los calcetines del revés, pon un programa de agua tibia (30º) y sustituye el suavizante por una taza de vinagre blanco especial para limpieza. Por último, no centrifugues o hazlo lo más lento posible.