Si hablamos de grasa por la casa automáticamente el pensamiento se nos va a la cocina, ya que es el lugar en el que preparamos los alimentos. El aceite de la sartén o de la plancha salta por la vitrocerámica y llena la campana de la dichosa grasa, que además es bien difícil de quitar. También si usamos el horno o el microondas se nos llena de porquería, los suelos tampoco se quedan atrás...

En definitiva, todo se nos llena de grasa, con lo complicado que es eliminarla en ocasiones además. Por si fuera poco, la cocina es un punto caliente de la casa en lo que a limpieza se refiere, ya que necesitamos tenerla impoluta para evitar gérmenes y bacterias, porque sino pueden acabar dentro de nuestro organismo.

En el mercado es verdad que tenemos desengrasantes de muchos tipos y muy eficaces, aunque tan verdad es eso como que emplean unos elementos químicos que pueden dañarnos la piel o los ojos si entramos mucho en contacto con ellos, como que son menos económicos que los remedios caseros y de toda la vida.

La fórmula

Por eso cada vez son más las personas que confían en los trucos de toda la vida, los remedios que siempre han funcionado y que han pasado de generación en generación. Aparte, teniendo en casa a los tres jinetes de la limpieza casi cualquier combinación la podrás hacer con ellos.

Los tres grandes ases son bicarbonato, vinagre blanco y zumo de limón, pero para esta fórmula solo necesitaremos uno de ellos que es el vinagre de limpieza.

Para hacer un desengrasante casero y muy eficaz debes mezclar dos litros de agua caliente con una taza de vinagre blanco y agregar una cucharada de jabón para vajilla neutro, así cuidará tus manos y ayudará a contrarrestar un poco la acidez del vinagre, que es un líquido fuerte.

Solo tienes que meter la mezcla en un pulverizador, aplicar sobre las superficies que sean necesarias, dejar actuar unos minutos y retirar con una bayeta que no deje pelusa. Por último, seca y listo.