A la hora de perder peso pensamos en nuestro bienestar no solo físico, sino también emocional. Hay una influencia directa, porque al vernos mejor físicamente también nuestra autoestima y seguridad suele aumentar, aunque depende de cada persona al final. El caso es que, más allá de las propias emociones de cada cual, hay dietas que propician ese efecto en base a los alimentos que consumimos. Cada cual tiene sus características propias y, conociéndolos y combinándolos, se puede desarrollar una estrategia de alimentación adecuada.

Por ejemplo, se puede seguir una dieta depurativa, que conseguirá, gracias a unos alimentos específicos, que el organismo elimine líquidos y toxinas que no necesita, por lo que hará que nos sintamos mejor con nosotros mismos a la vez que se adelgaza.

Y ese es el mismo principio que sigue la dieta de la Zona, que ha sido ideada por el doctor Barry Sears. Aunque ha escrito varios libros sobre el tema, el revolucionario y que más dio que hablar fue "Dieta para estar en la Zona", de ahí el nombre de la dieta (Zone, en inglés, ya que es californiano).

Sus claves

A la hora de hablar de dietas varias ideas vienen a la mente algunas ideas básicas que son aumentar los vegetales, controlar mucho los hidratos de carbono y, sobre todo, reducir al máximo los niveles de grasa, que es uno de los grandes enemigos de la pérdida de peso. Y las que hay que consumir, que sean saludables.

Pero esta dieta rompe con esos principios de raíz, ya que propone un equilibrio muy proporcionado entre proteínas, grasas e hidratos de carbono, más concretamente, una división 30-30-40. Es decir, cambia completamente el paradigma habitual de las dietas.

Es una dieta que, por sus características, es hipocalórica, lo que quiere decir que hay pocas calorías, e hiperproteica, es decir, que se consumen muchas proteínas.

El objetivo

Quizá sea un poco rara de primeras, pero tiene una base científica según Seals, ya que el objetivo final es que la respuesta hormonal sea la más adecuada al bienestar de nuestro cuerpo después de la ingesta de alimentos. En definitiva, que el metabolismo esté regulado y siempre en condiciones óptimas para maximizar la energía del cuerpo y también la quema de calorías.

Se recomienda que en cada comida estén representados los tres grupos y en las cantidades especificadas. En los hidratos de carbono entran no solo la pasta o el arroz, sino también los vegetales, que son importantes. Luego están las proteínas, que pueden ser vegetales o animales, y las grasas deben ser saludables. Es decir, aceite de oliva, salmón, frutos secos... Aunque las grasas son mayores que en otras dietas, eso no quiere decir que se puedan consumir todas. La bollería o los embutidos, por ejemplo, estarán prohibidos.

Sus ventajas

  • Equilibra los niveles de insulina y glucosa, así que está indicada para diabéticos.
  • Mejora el sistema inmune.
  • Ayuda al control de triglicéridos y lipoproteínas.
  • Más energía para el día a día.
  • Menos grasa corporal.
  • Previene el envejecimiento ya que ataca a los radicales libres.
  • Mejora la salud de la piel.