Movilidad Urbana

'Zaragoza Central': ¿A favor o en contra?

Los transportistas esperan con temor la ampliación de la zona de bajas emisiones | Expertos en Medio Ambiente aseguran que la fase 1 no tendrá ningún impacto medioambiental | Comerciantes y residentes aplauden la medida entre las dudas y la incertidumbre sobre su ampliación

Una señal informa de los vehículos que sí pueden circular por la zona de bajas emisiones.

Una señal informa de los vehículos que sí pueden circular por la zona de bajas emisiones. / Jaime Galindo.

Carlota Gomar

Carlota Gomar

Hace tiempo que se sabía que Zaragoza tendría que poner en marcha una zona de bajas emisiones sí o sí. Gustase o no. Una medida impopular exigida desde Europa que entró en vigor el 1 de enero, aunque a medio gas ya que el perímetro elegido y la flexibilidad en su aplicación va provocar que su impacto sea más bien escaso.

Solo los vehículos con etiquetas B, C, ECO y Cero podrán seguir circulando por las calles comprendidas entre paseo Echegaray, San Vicente de Paúl, el Coso, Conde Aranda y la calle Mayoral (todas estas exentas), algunas de ellas ya están restringidas al tráfico. Dicho de otro modo, uno de cada cinco coches de la capital no podrán colarse por el Casco. 

Podría decirse que esta medida ha tenido una acogida positiva. En la calle se entiende y se acepta ya que el objetivo que persigue, reducir las emisiones de CO2 provocadas por la movilidad para luchar contra el cambio climático, afecta a todos por igual. Aún así, son muchas las dudas que surgen. Demasiadas situaciones «particulares» pendientes de una respuesta y demasiada incertidumbre sobre cómo será la zona restringida definitiva. 

Un impacto cuestionado

Según el Investigador del grupo de ecología industrial de la universidad de Zaragoza, Abel Ortego, con la propuesta actual apenas se notará la reducción de emisiones. «Lo que han hecho es más bien un gesto para no perder las ayudas europeas. También están avisando a los zaragozanos de que tienen que preparar la hucha para comprarse un coche eco para poder circular por las ciudades en un futuro», explica. 

La propia concejala de Movilidad, Natalia Chueca, admitió que se había preparado un área provisional para cumplir con las exigencias de la UE, de la que dependen muchas ayudas en materia de movilidad. 

Mapa de la zona de bajas emisiones de Zaragoza.

Mapa de la zona de bajas emisiones de Zaragoza. / EL PERIÓDICO

La zona de tráfico restringido diseñada es provisional. Se trata de una primera fase (en la que no se va a multar) que se ampliará a lo largo del próximo año y medio, el tiempo que tiene la ciudad para desarrollar su ordenanza e implantar de forma progresiva la zona de bajas emisiones. «Si el ayuntamiento quiere que haya un impacto real tendrá que restringir el tráfico en la plaza Aragón, María Agustín, Constitución..., en todas las vías que rodea la Z30», explica Ortego.

El temor a nuevos restricciones de los transportistas

Precisamente, el temor a las restricciones futuras es lo que genera el rechazo del sector del transporte, ahora exento de las limitaciones. Los que más reparos ponen a este tipo de restricciones son las empresas que dependen del coche para trabajar, como las de la logística de reparto que se encargan de abastecer a los pequeños y medianos establecimientos del Casco Histórico y las de reparto, que son las que habitualmente realizan este reparto de mercancías con una frecuencia de entrega diaria o varias veces al día. 

Flotas verdes

Estos son los profesionales «que más utilizan las zonas de carga y descarga» y que tienen que circular por la zona de bajas emisiones, en cualquier de sus fases, señalan desde la Asociación de Autónomos de Aragón (UPTA). Explican que son muy pocos los que se mueven en un vehículo limpio, por lo que no comparten la aprobación de una zona restringida que les limite la circulación o les obligue a realizar una gran inversión para renovar sus flotas. «No nos parece sensato que se establezcan prohibiciones que afecten a los profesionales del transporte y a los autónomos y profesionales que trabajen en esas zonas», señalan desde la entidad. 

A los taxistas tampoco les acaba de convencer. La flota zaragozana es una de las más modernas, con unos 1.400 de los 1.777 coches híbridos. «Hay unos 300 de gasoil que se van a ir sustituyendo poco a poco, pero si no podemos circular por la zona delimitada tendremos que pedir una moratoria para dar más tiempo a los conductores», explica el presidente de la Asociación Provincial de Auto-Taxi de Zaragoza, Miguel Ángel Perdiguero. 

«Todo lo que sea poner trabas a la circulación no nos parece bien», dice Perdiguero, aunque admite que, si se reduce el tráfico, podrán realizar sus servicios de una forma más rápida y eficaz. «El contador penaliza al coche que está parado, así que para el cliente será algo positivo», señala.

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