Zaragoza multará por arrojar colillas, no limpiar los orines del perro o dejar la basura en la calle

Tirar colillas al suelo, dejar la basura fuera del contenedor, no limpiar los orines de los perros, o regar las plantas del balcón sin tener en cuenta que el agua puede gotear en la vía pública salpicando a los peatones ya no saldrá gratis. Como poco, la sanción será 50 euros. Una multa irrisoria si se compara con los 3.000 euros con los que se castigará a los que atenten contra el patrimonio histórico de la ciudad. La nueva ordenanza de Limpieza y Gestión de Residuos de Zaragoza, que entrará en vigor a mediados de marzo, amplía las obligaciones de los ciudadanos y aumentan considerablemente las sanciones.

El Gobierno de PP-Cs ha aprobado este jueves el proyecto, que ahora tiene que salir a exposición pública. Una vez que entre en vigor, quedará prohibido arrojar cualquier tipo de basura a la calle, ya sea un peatón, un vecino desde su balcón o un conductor sin escrúpulos.

Puede parecer de sentido común, pero el civismo, a veces, brilla por su ausencia. Por eso, el texto incluye también sanciones para aquellos que den de comer a los animales, por una cuestión sanitaria, o los que dejen a su suerte las bolsas de basura fuera del contenedor (aunque estén llenos), u objetos voluminosos como colchones, sillas, muebles o electrodomésticos en la vía pública.

Cuidado de las mascotas

La nueva ordenanza presta especial atención al cuidado de las mascotas, en concreto de los perros. A partir de ahora, aquellos dueños que salgan desprovistos de bolsas de basura para recoger los excrementos del can o de un botellín para limpiar la zona del orín podrán ser sancionados. En este caso, la multa será «leve», de 50 euros, que se irá incrementando si el dueño es reincidente.

La concejala de Servicios Públicos, Natalia Chueca, ha explicado que esta nueva ordenanza se adecua al momento, ya que la actual está vigente desde 1986 y se ha quedado desfasada. «Ha habido un cambio sociales, -tecnológico y de hábitos. Zaragoza es de las pocas ciudades con una ordenanza tan antigua», ha explicado Chueca, que ha informado de que con la actual normativa se persigue dos objetivos claros: tener una ciudad más limpia y aumentar el reciclaje de los residuos.

Penas más duras

Las penas se endurecerán considerablemente. La sanción máxima que contemplaba la actual ordenanza era de 250 euros, que se elevaban hasta los 750 para los casos más graves. Con la nueva, se disparan hasta los 1.501 y 3.000 euros para los casos más graves, como dañar el patrimonio público con un grafiti o la quema de contenedores. Las graves oscilarán entre los 751 y los 1.500 euros y las leves entre los 50 y los 750.

El rango dependerá de la acción desarrollada. También se tendrá en cuenta si la persona es reincidente. La concejala explicó que se aumentará la vigilancia para garantizar el cumplimiento de la ordenanza, dirigida a mantener el orden público, aunque se trate de cuestiones de sentido común.

El texto también recoge obligaciones que se incluyen en otras ordenanzas, como la de Terrazas y Veladores, que obliga a colocar recipientes en las mesas para evitar la caída de residuos al suelo o la limpieza de los espacios utilizados. Los dueños de los solares que hay repartidos por la ciudad también tendrán que limpiarlos sí o sí, o serán sancionados.

El ayuntamiento continuará con las campañas de información y sensibilización para conseguir que la ciudad esté cada día más limpia. «Conseguirlo es cosa de todos. No podemos poner un policía en cada esquina para evitar actos vandálicos», ha segurado Chueca.