10 años de la línea 1 del tranvía

Comerciantes sobre raíles: vender al paso del tranvía

Las afecciones derivadas de las obras pusieron en contra del tranvía a muchos comerciantes. Hoy en día, sin embargo, el eje de la Gran Vía es una de las zonas comerciales más dinámicas de la capital aragonesa

Gran Vía 8 Los negocios abiertos en el trazado del tranvía de Zaragoza admiten tener una ubicación privilegiada.  | ANDREEA VORNICU

Gran Vía 8 Los negocios abiertos en el trazado del tranvía de Zaragoza admiten tener una ubicación privilegiada. | ANDREEA VORNICU / I. T. G.

Iván Trigo

Iván Trigo

El anuncio de la construcción de la línea 1 del tranvía, que vertebra el eje norte sur de Zaragoza, fue acogido con alegría y curiosidad por muchos ciudadanos, pero también la oposición de algunos sectores de la sociedad, como los comerciantes. La Federación de Empresarios de Comercio y Servicios de Zaragoza mostró enseguida su preocupación por la afección de las obras en los negocios de las calles por las que iban a pasar los convoyes. No obstante, hoy la cosa se ve de manera diferente. Aunque el estrago que causaron los trabajos sigue presente.

Sombreros Albero abrió hace 14 años en la Gran Vía, a la altura del número 11. «Creo que inauguramos dos meses antes de que informaran de que iban a hacer las obras. Y mi jefe se dio un susto que para qué. Te puedes imaginar», cuenta Esperanza Jiménez, que trabaja en la tienda desde el inicio. 

Esta tienda llegó a conocer la Gran Vía como era antes de las obras del tranvía. «Había seis o siete paradas de bus justo en la puerta, por lo que pasaba más gente. Ahora es un paseo muy agradable pero es verdad que la mayoría van por el medio de la calle», cuenta Jiménez.

"Inauguramos dos meses antes de que informaran de que iban a hacer las obras. Y mi jefe se dio un susto que para qué"

En su caso, no obstante, las obras, a pesar del susto inicial, no supusieron una catástrofe en las ventas. «Siempre hemos funcionado muy bien, es la verdad. No lo notamos mucho, fue una especie de milagro», ríe ahora. «Pero muchos negocios de la zona lo pasaron muy mal. Muchos, por la calle Royo y por esa zona, cerraron. Imagino que eran los que estaban más flojos y que acabaron de caer por las obras», reflexiona esta comerciante.

El caso de Grado 90, una tienda de ropa de skate, es similar. Abrieron también pocos meses antes de que se levantara la Gran Vía para incrustar los raíles del tranvía. «No sé en qué día se me ocurrió venirme aquí», recuerda ahora Víctor Méndez, que no obstante ha aguantado 14 años en el mismo lugar de la calle Marcial.

Año 2009 8 La obras en la Gran Vía fueron complejas puesto que hubo que renovar el recubrimiento del Huerva. | ÁNGEL DE CASTRO

Año 2009 8 La obras en la Gran Vía fueron complejas puesto que hubo que renovar el recubrimiento del Huerva. | ÁNGEL DE CASTRO / I. T. G.

«Las obras duraron un año y medio, creo, y si no llega a ser por las redes sociales no hubiéramos aguantado. No pasaba ni dios por Gran Vía cuando empezaron las obras. Además, con la crisis de los años 2008 y 2009 hubo muchas tiendas que no aguantaron. Tras las obras, hubo un tiempo en el que hubo muchos locales cerrados porque los alquileres eran desorbitados pero poco a poco la zona fue remontando. Ahora es una gozada», admite Méndez. Al ser la suya una tienda especializada con clientes de toda la ciudad, y no solo los que pasan por delante del escaparate, el tranvía les permite llegar fácilmente.

Otro comerciante que valora el cambio producido por el tranvía, y eso que sufrió las obras, es César Muñío, de la Librería París, en el número 24 del paseo Fernando el Católico. En agosto cumplirán 60 años en su local.

"No pasaba ni dios por Gran Vía cuando empezaron las obras"

«Lo pasamos mal durante las obras. Todos los días sacábamos cinco kilos de tierra de la tienda. Teníamos que quitar el polvo todos los días de cada bolígrafo. Pero es verdad que la comunicación con la empresa que estaba construyendo la línea, cuando había algún problema con alguna pasarela mal colocada, se solucionaba rápido. Estaban pendientes e incluyeron en el proyecto las cargas y descargas de las calles adyacentes», dice Muñío. Hoy, 10 años después de que entrara en servicio la línea completa (si bien por esta zona funcionó antes), el cambio es positivo.

«A las pruebas me remito –dice Muñío–. En todo el eje del tranvía el comercio está resistiendo muy bien. Compáralo con lo que está pasando en la avenida Goya. Con tres carriles de coches por sentido y no funciona igual. El tranvía ha conseguido bajar el estrés de la calle y eso hace que la gente pasee más despacio y se fije más en las tiendas», opina Muñío, presidente también de Copeli.

Desde Ecos, su presidente, Antonio Tornos, recuerda que desde la federación siempre han estado en contra del tranvía por las consecuencias de levantar las calles. Ahora ponen en su punto de mira la línea 2: «Por la avenida Navarra bien, pero si pasa por la avenida Madrid se la cargan. Hay alternativas mejores al tranvía. Y las paradas de bus están más cerca las unas de las otras».

Sobre el comercio en la Gran Vía reconoce que se ha recuperado, «pero no por el tranvía». «El Volveremos sí que nos está beneficiando», afirma.

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