El Ayuntamiento de Zaragoza tramita la rescisión del contrato de Concepción Arenal

Se ha incoado ya el expediente y finalizará la obra el consistorio si hay conformidad / Si la empresa se opone al acuerdo, no hay fecha posible para terminar los trabajos

David López

David López

La calle Concepción Arenalde Zaragoza estará mucho tiempo con la obra de reforma integral sin terminar, o al menos eso es lo que parece después de que la empresa contratista, Inobare, haya abandonado la zona tras tapar las zanjas que dejó abierta en su espantada del mes de abril y que el ayuntamiento haya optado por "incoar el expediente de rescisión del contrato por el incumplimiento" de la adjudicataria.

El pasado miércoles las máquinas remataban las tareas exigidas por parte del consistorio de tapar con tierra las trincheras que recorrían este vial de la ciudad de parte a parte. No en vano, la actuación estaba centrada en la renovación de tuberías en el subsuelo en el momento en el que la empresa decidió interrumpir los trabajos por las discrepancias con el sobrecoste que estaban ya acarreando para ella.

Ahora, este parón cumple con esos requisitos mínimos de seguridad para vecinos y comerciantes de la zona pero no culminará la reforma integral de este vial, que ya no está vallado pero sí con una capa de tierra donde debería estar el pavimento. Y queda así a la espera de resolver esta situación con la contratista. Se queda inacabada la intervención y, lo que es peor, seguirá así por un plazo indeterminado, ya que todo depende de cómo evolucione el expediente de rescisión del contrato.

Todavía permanece una valla que impide el acceso y la salida del vial. | ÁNGEL DE CASTRO

Todavía permanece una valla que impide el acceso y la salida del vial. | ÁNGEL DE CASTRO / D. L. G.

De momento se le ha dado plazo para que formule alegaciones y presente la documentación necesaria para justificar los gastos que alega en ese sobrecoste de las obras. Tal y como adelantó EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, la empresa Inobare abandonó las obras porque llevaba asumidos de su bolsillo, según aseguró ella misma, más de 40.000 euros y el gasto adicional que costaba el proyecto de reforma integral ya superaba los 68.000.

Ahora, más allá de acordar o no el pago de esos trabajos ya ejecutados, no hay marcha atrás en la decisión de rescindir el contrato adjudicado por parte del ayuntamiento para una intervención en superficie y en el subsuelo valorada en casi 292.000 euros.

Una estampa del siglo pasado

Dentro de este plazo, que siempre va de 10 a 15 días, la adjudicataria debe decidir si da conformidad o no a la rescisión. Una respuesta de la que ahora depende el final de una situación anómala para el consistorio: con la reforma inacabada, la calle con las zanjas cubiertas pero con una capa de tierra y grava que recuerda a mediados del siglo pasado, y sobre todo sin poder intervenir para finalizar los trabajos.

Eso es precisamente lo que el consistorio está deseando hacer, según explicaron las fuentes oficiales: "El estado de la calle depende ahora de su situación jurídica. Si hay conformidad, el ayuntamiento entrará con medios propios".

Por lo menos para asfaltar la calzada y dar respuesta a los sufridos vecinos y comerciantes, que han visto cómo se ha pasado de tener una calle completamente renovada que por estas fechas ya debía estar finalizada a tenerla inacabada y sin fecha para terminar la reforma o siquiera tener el vial transitable. Una valla a la entrada y otra a la salida todavía impiden el acceso de vehículos, que no está claro si responde al requerimiento que el consistorio hizo a la empresa cuando abandonó la obra.

"La prioridad era que fuera accesible, por si tenía que entrar un vehículo de emergencia", explicaron las fuentes municipales consultadas.