COMERCIO

Vía libre para la conversión del edificio de Telefónica del paseo Independencia en una tienda de Primark

Los trabajos para los que se acaba de conceder la licencia son una primera fase

La firma de ropa barata ocupará los 5.000 metros cuadrados del bloque

El edificio de la antigua sede de Telefónica está en el número 35 del paseo Independencia.

El edificio de la antigua sede de Telefónica está en el número 35 del paseo Independencia. / ANDREEA VORNICU

Iván Trigo

Iván Trigo

Poco a poco, el panorama comercial del paseo Independencia de Zaragoza sigue su proceso de transformación. Si este julio se concedía la licencia para levantar la nueva estructura interior para acondicionar la antigua sede de la CAI, que albergará una macrotienda de Zara, ayer fue el turno del edificio de Telefónica. La Gerencia de Urbanismo del consistorio de la capital aragonesa dio vía libre para poder acometer la restauración y acondicionamiento de este emblemático inmueble, que se destinará al uso comercial. Según pudo saber este diario, será Primark quien ocupe los más de 5.000 metros cuadrados de los que dispone esta construcción.

Por el momento, la intervención para la que se ha concedido la licencia se plantea como un paso intermedio antes de la remodelación completa del edificio. Así, los trabajos consistirán en la demolición de una entreplanta existente y el derribo de todas las estructuras concebidas para el uso que tuvo el edificio en el pasado, que fue la sede de Telefónica en la ciudad. Se procederá también a la limpieza del inmueble y se retirarán todas las infraestructuras y equipos que ya resultan inútiles.

Cuando finalicen las obras el inmueble estará ya preparado para acometer el proyecto constructivo que permita la implantación de los usos finalmente previstos, es decir, los comerciales. No obstante, en el expediente para la concesión de la licencia se reitera que los usos finales «no están todavía definidos».

Retauración de la fachada

Otra de las tareas que se van a llevar a cabo es la restauración de la fachada exterior del edificio, que está catalogado y protegido como de interés arquitectónico, categoría B, dentro del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). Además, el inmueble está situado en el entorno del Bie de Interés Cultural (BIC) de la iglesia de Santa Engracia. Esto hace que se permita la restauración de los elementos ornamentales del exterior pero que se deba mantener la fachada y las cerrajerías existentes.

Sí que está prevista la sustitución de la carpintería exterior del edificio, que presenta un estado de conservación peor que el resto del conjunto. La fachada ya fue objeto de una intervención puntual en 1978. Por otra parte, en esta primera fase de la reconversión del edificio se mantendrá la antena de comunicaciones situada en la cubierta.

El edificio de la antigua sede de Telefónica, situado en el número 35 del paseo Independencia, fue construido en 1927 y es obra de Antonio Cañada, Ignacio de Cárdenas y José María Arillaga. Se levantó casi a la vez que la central de Correos, justo a su lado, en la parcela que antes ocupó el antiguo Teatro Pignatelli.

En los últimos años se ha ido abonando el terreno para propiciar la reconversión del antiguo edificio de Telefónica en una macrotienda de ropa a bajos precios. El inmueble, uno de los más reconocibles del paseo Independencia, tenía hasta hace pocos años una calificación de equipamiento privado destinado al servicio público de telecomunicaciones, pero en 2016 fue vendido por una cantidad cercana a los 14 millones de euros a la empresa Torcalena Servicios y Gestiones, una sociedad domiciliada en Madrid de la que es administrador único el empresario y arquitecto Francisco Javier Fuster Galiana, al que se vincula en el mundo de los negocios con el multimillonario vasco Daniel Maté.

Aunque se desconocen los detalles del proyecto comercial, todo hace pensar que Primark ocupará las cuatro plantas que tiene en altura el edificio y el local a pie de calle que ahora aloja el centro de Movistar. Seguiría así el modelo de macrotienda que ha puesto en marcha con gran éxito en otras ciudades españolas como Madrid, Barcelona o Valencia, cuyas plantillas superan los 200 trabajadores. Una vez concedida la licencia, las obras deben comenzar antes de un año y estar terminadas en dos.