INFRAESTRUCTURAS

La ansiada reconversión de la ribera del Huerva a su paso por Zaragoza se iniciará ya este año

Los trabajos en el río, a su paso por Zaragoza, comenzarán en el segundo semestre de 2024

Las obras se dividirán en dos fases y en la primera se construirá un nuevo tanque de tormentas 

Las obras de regeneración del Huerva en Zaragoza comenzarán en el segundo semestre de este año

Jaime Galindo

Iván Trigo

Iván Trigo

Fue a principios de 2022 cuando el equipo de Gobierno al frente del Ayuntamiento de Zaragoza, entonces en manos de PP y Cs, dio a conocer su intención de captar fondos europeos para regenerar y transformar las riberas del río Huerva a su paso por la capital aragonesa. Dos años después, y tras haber dado ya varias fechas diferentes sobre el inicio de las obras, la alcaldesa de Zaragoza, Natalia Chueca, visitó este miércoles la explanada de los antiguos viveros de Sopesens, junto al puente Blasco del Cacho, para anunciar que, por fin, echa a andar este proyecto «al que nadie antes le había metido mano». Será en el segundo semestre de este año cuando las máquinas entren a trabajar en una primera fase de las obras que transformará lo que hoy es una brecha urbanística donde impera la degradación en un corredor verde de 2,5 kilómetros de largo que los ciudadanos podrán disfrutar.

En los próximos días, el proyecto se someterá a información pública para poder recibir alegaciones por parte de la ciudadanía y de las entidades vecinales e interesadas. Los técnicos serán los encargados de estudiar todas las peticiones y modificaciones recibidas para considerar su idoneidad y ya después se redactará el proyecto definitivo de la primera fase de las obras, que supondrán una inversión de casi 8 millones de euros, de los cuales 5 provienen de fondos europeos.

Esta primera actuación se licitará en dos lotes diferentes. Los trabajos para recuperar todo el entorno comenzarán con la limpieza y la recogida de basuras de la ribera y el cauce del río. Después se retirará el mobiliario urbano y todos los elementos constructivos que no vayan a servir en un futuro, como el pavimento de los antiguos viveros de Sopesens.

Mientras, se abrirán cinco accesos a la ribera, que permitirán entrar a la zona de obras a las máquinas encargadas de la reforma, «que será muy compleja desde el punto de vista técnico y muy costosa desde el punto de vista económico», expresó el concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Zaragoza, Víctor Serrano.

El alcance de la primera fase comprenderá también la construcción de un tanque de tormentas en la zona de los antiguos viveros y de la instalación de nuevos colectores de saneamiento que permitirán mejorar la calidad del agua que se vierte al río. También se asegurarán y mejorará la estabilidad de todos los muros que encajonan el río en la trama urbana.

Adiós a los árboles invasores

A la par se realizarán labores de desbroce y se acabará con toda la vegetación muerta y con las especies invasoras, entre las que predomina el ailanto, un árbol que crece en casi cualquier lugar y que desplaza a las especies autóctonas puesto que compite por el espacio y la luz solar y da cobijo a insectos perjudiciales para el ecosistema local. Todos desaparecerán. El plazo de ejecución de todas estas actuaciones será de tan solo siete meses.

En total se va a actuar sobre una superficie de 80.000 metros cuadrados y unos 2,5 kilómetros de cauce fluvial, que se dividen en tres tramos descubiertos del río: el que va desde el Parque Grande hasta la avenida Goya; el que va desde ahí hasta que el Huerva desaparece bajo la Gran Vía; y desde el punto en el que desaparece el curso de agua en Miguel Servet hasta la desembocadura.

Colaboración institucional

El proyecto, que en su conjunto cuando esté finalizado habrá supuesto una inversión cercana a los 20 millones de euros, servirá para dignificar una zona de la ciudad que se había convertido «en un cuarto oscuro inaccesible para los ciudadanos», dijo la alcaldesa, Natalia Chueca, quien recordó que la regeneración de las riberas del Huerva lleva décadas pendiente. «Hasta ahora hemos vivido de espaldas al río», afirmó la regidora.

Esta, sin duda, será una obra «que quedará como legado a las futuras generaciones» y uno de los «grandes proyectos urbanísticos del presente mandato», impulsado por «un Gobierno del PP», defendió también Chueca.

No obstante, la rueda de prensa para detallar los planes para regenerar las riberas del río Huerva a su paso por Zaragoza supuso una excepción en las agendas de los políticos de la comunidad. Y es que se juntaron en el acto representantes de tres administraciones diferentes que, en vez de criticarse, alabaron los esfuerzos mutuos por impulsar este proyecto. En la presentación estuvieron presentes el presidente de la CHE, Carlos Arrazola, y la directora de la Fundación Biodiversidad, Elena Pita, ambos organismos dependientes del Ministerio para la Transición Ecológica del Gobierno de España; la alcaldesa de Zaragoza, Natalia Chueca, y los concejales de Urbanismo y Medio Ambiente, Víctor Serrano y Tatiana Gaudes; y el consejero de Medio Ambiente de la DGA, Manuel Blasco, quien exclamó un «¡que viva la colaboración institucional!» para agradecer a todas las partes la implicación en el proyecto.

El Gobierno de Aragón, a través de dicha consejería, va a aportar 20 millones de euros en cuatro años para financiar las obras, que se suman a los cinco que pone la UE, por lo que el coste para el consistorio será mínimo.