Catorce reuniones han tenido la culpa. Y en todas ellas, hasta la de ayer, un denominador común, las posiciones antagónicas entre la empresa y los trabajadores. Con la amenaza de 212 despidos sobre la mesa, las conversaciones han sido desde el principio duras. La propuesta del comité de aplazar el expediente de regulación de empleo se ha quedado en nada. Aunque la sociedad haya intentado rebajar el número de empleados afectados, no han sido suficientes para los trabajadores. Ante esta situación, es previsible un mes de septiembre con problemas.