--¿Cómo recuerda el secuestro 20 años después?

--De los primeros días recuerdo la sensación de terror, aún se me encoge el corazón. Me dijeron que el GRAPO era "de gatillo fácil", y que con ETA aún se podía hablar, pero que estos eran una secta. Y sin infraestructura para mantener un secuestro.

--¿Cuánto tardó en asimilar que se trataba de un secuestro?

--Estaba en casa esperándole para desayunar, pero se hicieron las 9.00 y no volvía. Salí, ya intuyendo algo, y vi los perros que se llevaba a correr sueltos. Se lo dije a una pareja de policías, pero no hicieron caso.

--¿Lo intuyó porque estaba amenazado?

--No, y no es que sea vidente, pero entonces había, si no recuerdo mal, cuatro secuestrados por ETA y lo comentábamos. Yo estaba bastante obsesionada.

--¿La investigación tardó demasiado en enfocarse?

--Nadie me hacía caso. Estuvieron buscando los bomberos en el canal, que es difícil caerse, pero no cortaron carreteras. Al segundo día nos habían pinchado el teléfono, llamó Cuadra (Echeandía), y lo reconocieron.

--¿Se sintió arropada?

--Por la gente sí, por los medios no. Convirtieron a Publio en un delincuente, y eso me dolió tanto como el propio secuestro.

--¿Por plantear que podía haber huído?

--Es que la Policía ya sabía que era el GRAPO, pero mientras estuvieron Belloch (como ministro) y Margarita Robles (secretaria de Estado) duraron las habladurías. Dicen que nunca filtraron esto, pero cuando preguntaba a la prensa siempre eran "fuentes del ministerio".

--¿Con el PP fue mejor?

--Mayor Oreja decía que opinaba "lo mismo que la familia". No era muy contundente, pero al menos el trato era más humano. ¿En qué cabeza cabe que Publio convenciera al GRAPO para que le diera documentación?

--Se criticó que pagasen un rescate (de 400 millones de pesetas), ¿lo volvería a hacer?

--La Policía estaba al corriente y tuvimos que pedir un crédito, que hace poco he terminado de pagar. Controlaron los números de serie de los billetes y siguieron a los coches a París, pero luego se perdieron antes del pago. Esos billetes no han aparecido.

--¿Cree a Silva Sande?

--En parte, pero la Guardia Civil le cree más, y tienen más datos. La muerte accidental no. Mi marido pudo escapar si vio la oportunidad, pero le pegarían un tiro, no se caería. Pero es pura especulación.

--¿Tampoco cree que la tumba esté en el Mont Ventoux?

--No quiero perder la esperanza, pero es muy difícil. ¿Por qué se van a ir a 300 kilómetros (del chalet de Lyon)? ¿Y cómo van a utilizar un pico si la Guardia Civil tuvo que usar excavadoras?

--Si no lo cree, ¿por qué pagó el test de la verdad

--No lo hice. Fue una pregunta que me hicieron e interpretaron eso, pero no sé quién lo pagó, sería el ministerio.

--¿Cómo tomó las riendas de las empresas familiares?

--Había que seguir, Previasa estaba en plena expansión y en un momento difícil. Mi marido tenía fe en mí, recuerdo que le decía que si le pasara algo no sabría por dónde empezar. Pero él contestaba "no te compliques la vida, tu te sientas en mi sillón y usas tu sentido común". Y es lo que hice.

--¿Cómo era su marido?

--Era trabajador, leal y extrovertido. Ponía a su familia por encima de todo, pero ayudó al que pudo. Y se creía el más listo, no tenía complejos.