A las 7.30 horas de hace exactamente 20 años la familia del empresario zaragozano Publio Cordón le vio por última vez, minutos antes de que los Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre (GRAPO) le secuestraran mientras hacía footing a orillas del canal imperial. De lo que le ocurrió después nada se sabe con absoluta certeza, 7.305 días después. Pero dando por buena, aunque sea grandes rasgos, la confesión del terrorista arrepentido Fernando Silva Sande, el industrial murió a los pocos días y lleva enterrado en el Mont Ventoux francés desde entonces.

Pero ni a la familia Cordón-Muro ni a la Guardia Civil le basta con un relato coherente, y no descansan hasta hallar sus restos. Por ello, la Jefatura de Información del instituto armado ultima la preparación de una nueva búsqueda, la sexta.

PRUEBA CEREBRAL

El rastreo, aún sin fecha, cuenta con un motivo para la esperanza. Está guiado por los resultados de los llamados test de la verdad, practicados a Silva Sande en Zaragoza. Las pruebas P-300 y N-400 marcaron dos parajes como probables para el enterramiento. Para la Jefatura de Información son "un indicio más", pero, pese a la ausencia de resultados en otros casos las valora como basadas "en un método científico contrastado y realizadas por magníficos profesionales".

El rastreo contará con la ayuda de Luis Avial, célebre por haber participado en búsquedas anteriores con georradar, no solo en este caso sino en los de Marta del Castillo o la determinación de la tumba de Cervantes. Su agenda --ahora está en Bruselas, explicó a este diario-- será uno de los factores para fijar la próxima búsqueda, junto con "otras pesquisas" no detalladas. Usarán nuevo aparato, el perfilómetro, que ya han probado y que podría marcar la presencia del pico que, según el terrorista Silva Sande, enterró junto al cuerpo.

Para la Guardia Civil, el hallazgo de los restos podría, si "se pudieran analizar", demostrar incluso la muerte accidental, y con ello avalar totalmente la versión del terrorista y cerrar definitivamente el caso. Y esto no solo aportaría "consuelo y descanso" a la familia sino "recompensa" para los agentes.