Los últimos meses de reuniones infructuosas del PSOE mientras el Partido Popular miraba desde la barrera han dejado en la dirección del partido conservador una sensación de un triunfo a medias. Mariano Rajoy no ha logrado retener la Moncloa, pero al menos no se ha conformado un nuevo pacto que le desaloje del poder. Y el 26-J trae consigo una nueva oportunidad de lograr una mayoría más amplia o una alianza con otros.

De hecho, el presidente en funciones, después de transmitir al Rey que sigue sin contar con votos suficientes para ser investido, expresó ayer que la repetición electoral "no es la mejor opción", pero "hubiera sido muchísimo peor que se hubiera conformado uno de los gobiernos que han ido circulando por ahí", en referencia a los intentos del secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, de arrebatarle el puesto.

Rajoy insistió punto por punto en el mensaje que lleva repitiendo desde el 21 de diciembre: que la gran coalición entre los dos grandes, con el apoyo o no de Ciudadanos, es la propuesta "más razonable". Sin embargo, según subrayó, no ha sido "posible" porque el PSOE "no quiso" ni dialogar con el PP, algo que espera que se "corrija" tras la nueva cita con las urnas.

El líder del Partido Popular aprovechó, además, para sacar pecho por no haber entrado "en el carrusel de ocurrencias", dejar claro que nunca se ha planteado echarse a un lado para facilitar el acuerdo y avisar de que el PP tiene "ganas, programa y objetivos" y que él se siente "a mitad de la tarea", en referencia a la necesidad de que "la recuperación económica llegue a todos". Ni un atisbo por tanto de autocrítica, pese a que en su partido hay quien le reprocha no haber aprovechado este periodo para haberse acercado a Ciudadanos, y a través de la fuerza naranja, haberse aproximado a Sánchez.

Pese a ello, despachó con un "sí" la pregunta que le realizaron sobre si cree que cuenta con apoyo suficiente en el PP para ser candidato y adelantó que apenas se retocará el programa electoral.

"ME VOY A VER EL FÚTBOL"

Su comparecencia destacó por la brevedad con la que resumió su entrevista con Felipe VI, que duró una hora, en comparación con los detalles e incluso las alabanzas hacia la labor del Rey transmitidas por sus oponentes. "Me voy a ver el fútbol", alegó ante los periodistas a su término.