La junta de accionistas de la estación de esquí de Candanchú acordó ayer llevar a cabo una ampliación de capital por valor de 1,5 millones de euros. Esta operación, lanzada en un momento en que el centro invernal se ve acosado por las deudas, pretende ser una señal positiva para lograr la apertura de las pistas la próxima temporada, que está ya encima y que se ha visto comprometida en más de un momento.

Eduardo Roldán, responsable de la estación, señaló que la junta de accionistas mostró su voluntad de "llegar a un buen acuerdo en breve plazo" con Aramón, que recientemente se ofreció para hacerse cargo del centro esta temporada con el fin de sacarlo adelante. Roldán dijo asimismo que los accionistas habían abordado el problema de las deudas, tanto con los trabajadores como con Endesa, Hacienda y la Seguridad Social, así como con el municipio de Aísa.

Por otro lado, Roldán desmintió rotundamente que alguna vez hubiera tenido la intención de dimitir como responsable de la estación y señaló que la reunión de ayer sirvió también para aprobar las cuentas del 2011-2012 y la gestión del consejo de administración.

La estación de Cadanchú se halla en un momento muy delicado. Los problemas se amontonan sobre este centro invernal que acumula ya una deuda de 6,5 millones, lo que pone en peligro su continuidad. Sus trabajadores fijos llevan seis meses sin cobrar sus sueldos y gran parte de sus instalaciones no funcionan porque, al no abonar las facturas de la luz, Endesa le ha cortado el suministro.

DEUDAS Además, el municipio de Aísa, en cuyo término se encuentran las pistas de Candanchú, requirió recientemente a Explotaciones Turísticas de Candanchú, SA (Etuksa) el abono del pago del canon por la ocupación de terrenos, que asciende a casi 200.000 euros. De no cumplir este pago, la sociedad se expone a la pérdida de la concesión, pero los responsables de la estación han solicitado el aplazamiento del abono de la deuda, así como su fraccionamiento.

Por si fuera poco, Candanchú tiene además cuentas pendientes con la Seguridad Social y la Agencia Tributaria, entidades a las que adeuda más de dos millones de euros. Para paliar la situación, el centro invernal ha pedido que se amplíe el plazo para saldar la deuda.

En medio de este panorama, la DGA se ofreció el pasado mes a echar una mano para que Candanchú abra la temporada próxima, que pese a todo sigue estando en el aire. Cerca de un millar de 900 puestos de trabajo, directos e indirectos, dependen de la estación, que es un puntal de la economía del valle del Aragón, junto con Astún, en la cabecera del mismo río.

El plan de la DGA pasa por el pago de 690.000 euros, una cantidad que debería bastar para abonar los sueldos de los trabajadores y las facturas de la luz y poner en marcha el engranaje de remontes preciso para que afluyan los esquiadores.