Opinión | el triángulo

Vega Gimeno, capitana de corazón

Su profesión y su pasión se han unido para conceder a la jugadora del Casademont la oportunidad de vivir y construir la Marea Roja en Zaragoza

Vega Gimeno anuncia entre lágrimas su retirada del baloncesto. A sus 33 años abandona el Casademont Zaragoza cuando finalice la temporada para, de momento, descansar y disfrutar de tiempo libre junto a su familia. Lo explicó esta semana en una rueda de prensa muy emotiva, la de alguien que ha sentido y siente un amor sincero por el deporte que practica. Su profesión y su pasión se han unido para darle la oportunidad de vivir y construir la Marea Roja en la capital aragonesa. Tres años intensos, emocionantes y exitosos que la han llevado a capitanear un equipo revolucionario, tanto por los logros deportivos como sociales. El fervor popular que el equipo ha conseguido despertar en la ciudad tiene muchísimo mérito. Ver el pabellón Príncipe Felipe con ese ambientazo los domingos es un auténtico placer y el mérito corresponde, fundamentalmente, a las jugadoras y al club. La masa ciudadana que atraen a sus partidos a disfrutar de su juego, de sus puntos, de sus victorias, y que también sufre con cada derrota se ha extendido a otras ciudades a las que van. Cientos de niñas gritan sus nombres, visten sus camisetas y entrenan para algún día ser como ellas. En una palabra, presumen de ser aficionadas al baloncesto y del Casademont. Pocas veces el deporte femenino acapara portadas y ellas lo han conseguido, no sin esfuerzo. Porque si de algo saben las mujeres en general es de trabajar y hacerse hueco a codazos, siempre que les acompañen los éxitos deportivos.

La todavía capitana rojilla recordó cómo ha cambiado su vida deportiva en poco tiempo. Las 400 personas en la grada que vieron su primer partido se convirtieron en 11.000 en la final de Copa. A medida que crecían las victorias del equipo lo hacían en paralelo los seguidores. Vega Gimeno aún puede estirar más su palmarés. Puede ganar la Liga con el Casademont y participar en los Juegos Olímpicos de París con la selección de 3x3 si España se clasifica.

El suyo es uno de los numerosos ejemplos de mujeres que han cosechado un reconocimiento deportivo en los últimos años a base de esfuerzo y compromiso. Baloncesto, fútbol, atletismo… las disciplinas conquistadas han sido muchas. Ellas han sido las protagonistas de una transformación social, cultural y deportiva a la que han colaborado aficionados y televisiones porque son los que han hecho posible convertir sus alegrías individuales en triunfos colectivos. En ese sentido, la jugadora explicaba que uno de sus mayores logros ha sido llegar al corazón de la gente. Lo que no dice es que ese viaje ha tenido retorno porque la Marea Roja ha conseguido tocar el suyo y el del resto de jugadoras. El aliento y el cariño los recordarán siempre.

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