La 40ª jornada de Segunda

El sumidero de puntos en La Romareda sigue en aumento

El Zaragoza solo logró un empate y suma 26 de 60 en casa, un balance impropio, de siete victorias, cinco empates y ocho derrotas que es el peor de esta era en Segunda

Jair intenta un remate de cabeza en un córner del Zaragoza.

Jair intenta un remate de cabeza en un córner del Zaragoza. / JAIME GALINDO

Nuevo ejercicio de impotencia del Real Zaragoza en La Romareda, donde los números son aterradores en este curso indigno en el que ha estado a años luz de su gente, que firmó el récord de socios en esta etapa en Segunda y que ha vivido un carrusel de decepciones después de aquel inicio ilusionante y tremendo con tres victorias seguidas de local en el arranque. 

Después, el municipal ha sido un sumidero de puntos, impropio de un club con una afición tan fiel y que ve en el balance de 26 puntos de 60 posibles (43,3 %), un dato que solo empeoran el Alcorcón (25) y el Huesca (21) y que refleja por sí solo la pobreza de este Zaragoza ante su gente, donde a falta de la visita del Albacete en el epílogo liguero, todavía no ha alcanzado los 28 puntos de sus peores años en esta era de plata, en la 13-14 y en la 18-19.

Recibimiento y floja entrada

El autobús zaragocista fue recibido por numerosos aficionados tras la convocatoria de Gol de Pie para dar ánimos al equipo, aunque la lluvia y la hora tardía restaron afluencia a La Romareda, donde se congregaron 18.122 aficionados, una de las entradas más flojas de la temporada.

El sufrido empate ante el Racing de Ferrol es el quinto del curso, con siete triunfos y hasta ocho derrotas, aunque se evitó en el último suspiro la novena caída en casa. Con Víctor, el Zaragoza ha sumado 5 puntos en su feudo de 15 posibles (33,3 %), un porcentaje menor que el logrado en La Romareda por Escribá, que firmó 11 de 27 (40,7 %), y por Velázquez, 10 de 18 (55,5 %).

La Romareda, que se mantuvo en pie siempre en el partido, con los suyos, y que apenas mostró un enfado más que justificado con su equipo, no merece tantos sinsabores juntos, un año para olvidar en todos los aspectos, también en casa.