Entre 8.000 y 10.000 adultos en Aragón están afectados por epilepsia. De ellos, según la asociación de esta enfermedad en la comunidad, 7.000 sufren crisis controladas con mediacación. El principal problema que se da en este perfil de enfermos es el laboral, ya que la epilepsia les priva a muchos de ejercer un trabajo y, en muchos casos, se encuentran con trabas. "Sabemos de gente que ha perdido sus empleos o ha sufrido un trato discriminatorio por ser epiléptica. Se necesita información y concienciación social", dijo Ana Millán, presidenta de Asade.