-¿Cómo ven desde la dirección de Podemos la Ley de Memoria Democrática que tramita el Gobierno de Aragón?

-Creo que se enmarca dentro de una serie de Leyes de Memoria autonómicas. Se aprobó hace poco la de Valencia y creo que la aragonesa recoge muchos elementos de lo que se debatió en esta. Hay cuestiones muy interesantes. Han pasado más de 80 años de la guerra civil y más de 40 de la muerte de Franco, pero, una vez muerto, no murió el franquismo con él.

-¿Son leyes que hacen justicia?

-Leyes de memoria como la aragonesa ayudan a buscar un elemento básico de reparación y justicia. En el preámbulo de la ley se habla del acceso de las víctimas a la Justicia, que es que es lo que se ha negado en este país. Naciones Unidas ha denunciado que el gobierno español no adapta la legislación actual para que las víctimas del franquismo puedan acceder a los tribunales. No se cumple porque la ley de amnistía ha funcionado hasta ahora como una ley de punto final. Está muy bien que el preámbulo de la aragonesa hable de acceso a la Justicia pero si el PSOE a escala estatal no favorece una modificación de la Ley de Amnistía, no se podrá acceder a ella.

-Esta semana comenzaron los trabajos previos a la exhumación de los hermanos Lapeña, ¿Cómo ven este paso?

-Es un primer paso de otros muchos que tenemos que dar. Es muy simbólico porque es en el Valle de los Caídos, el mayor monumento al fascismo que hay en el mundo, algo impensable en cualquier país de Europa. La Comisión Europea, en temas de memoria, considera que somos una excepción en Europa, porque todos los países han podido juzgar sus dictaduras de todo tipo y color. También porque es la fosa común más grande del mundo; 34.000 personas enterradas allí, 12.000 de ellas republicanas. Se abre una pequeña ventana ante tanta impunidad y ante tanto horror en este país. El siguiente paso debería ser sacar de ahí a Franco y a Primo de Rivera y empezar a pensar cómo resignificar ese espacio

-Precisamente, ¿cómo enfocan en Podemos, en el plano estatal, el tema de la memoria democrática?

-Creemos que no hay un problema de desmemoria, lo hay de memoria democrática. Se lleva ensalzando demasiado el relato de unos pocos, que eran muy poco democráticos. No se puede concebir la democracia en Europa sin antifascismo, el problema es que en España hay algunos que vienen del fascismo que se han hecho pasar por demócratas, y eso es parte de la Transición. Es fundamental recuperar la memoria democrática, entendiendo que no puede haber una democracia plena con impunidad, y creemos que la Transición tuvo elementos de impunidad muy graves. No solo es no poder juzgar, sino algo mucho más grave, que es la falta de cultura democrática de una parte de los partidos y los políticos de nuestro país. Planteamos que, para construir del siglo XXI, hay que recuperar la memoria de aquellos luchadores por la democracia en este país y, sobre todo, dar justicia y acabar con los restos de impunidad que quedan por eliminar.

-En cuanto a la actualidad de su grupo, ¿qué le parece que no se sancionara a Bescansa?

-Yo estaba en el órgano que lo decidió y estoy totalmente de acuerdo. No creo que haya que sancionar una metedura de pata. Cualquier militante tiene el derecho a organizar, a intentar ser el secretario general de Podemos o cualquier cargo que estime oportuno. Lo que me pareció una metedura de pata total, magnificada por los medios de comunicación en aquel momento, es que presentara una especie de documento por su propio Telegram. Más allá de la parodia que en sí mismo significa, no le doy más trascendencia.

-¿Y qué opina del documento y de ese plan que se recogía en ese mensaje?

-No lo he leído porque me parecía absurdo. Estaba en Estrasburgo y me enteré porque alguien me mandó la noticia. Lo miré y dije «¿por qué nos tiene que pasar esto a nosotros?». Me parecía que, en un momento en el que todos nuestros esfuerzos deben estar en desbancar a un partido corrupto, mentiroso, de delincuentes, como es el Partido Popular en Madrid, al final estuvimos debatiendo sobre Errejón, Bescansa, las primarias... me pareció un desastre todo esto. Ese no era el debate, tenía que ser Cristina Cifuentes y qué proyecto queríamos para Ganar Madrid.

-En ese sentido, su grupo, Anticapitalistas, anunció que no iba a participar en las primarias de Madrid, ¿a qué se debe esta decisión?

-Me parece una decisión muy consecuente porque ahora mismo no tocaban esas primarias, no tocaba un debate de nombres ni un espectáculo como el que dimos. Tocaba hablar de Madrid, de cómo echar al Partido Popular y de cómo meter presión a Ciudadanos para que deje de hacer de muleta del PP. Entendíamos que eran unas primarias convocadas sin debate, sin tiempo y con un sistema que no favorece la inclusión de las diferentes posturas que conviven dentro de Podemos. Los compañeros de En Movimiento -corriente donde se encuadra Anticapitalistas- decidiceron no concurrir a las primarias de Madrid.

-¿Y piensan participar en unas eventuales segundas votaciones?

-Veremos a ver qué pasa. Desde Anticapitalistas siempre hemos defendido que lo mejor, no en el caso de Madrid sino en general, serían unas únicas elecciones primarias de unidad popular de los sujetos del cambio. Igual que se hizo ya en las elecciones municipales.