El Periódico de Aragón

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LOS EFECTOS DE LA CRISIS ENERGÉTICA

El alza de la luz: la nueva pandemia que ahoga a los hosteleros aragoneses

El sector denuncia incrementos del recibo eléctrico de hasta el 200% y el 300% pese al tope del gas. Los elevados costes ponen a prueba la viabilidad bares, restaurantes y hoteles

El hostelero Javier Rada Sesma, que regenta el bar-restaurante Morrete del plaza San Pedro Nolasco de Zaragoza. | JAIME GALINDO

El sector de la hostelería no gana para sustos. Tras superar dos años de una cruda pandemia que puso contra las cuerdas la continuidad de miles de negocios, bares, restaurantes y hoteles de Aragón se enfrentan a un nuevo trance provocado por la situación disparatada de los costes energéticos, un quebradero de cabeza que se añade a otros problemas derivados de la inflación. Para algunos establecimientos, la factura de la luz se ha llegado a dispara hasta un 200% y 300% –es decir, triplicar y cuadruplicar– a pesar de las limitaciones introducidas por el Gobierno central para frenar la escalada de precios de la electricidad por el impacto del gas.

El malestar de los hosteleros por el incremento desmedido de los recibos de la energía ha llevado al sector a convocar protestas por todos los rincones del país para denunciar su situación de «extrema gravedad» y reclamar soluciones a las Administraciones públicas. Así se hará este martes con un apagón simbólico de las luces de los establecimientos que durará cinco minutos, una acción que se visualizará a las 19.00 horas con la colocación de velas en las mesas de las terrazas y a la que están llamados a participar también los comerciantes que lo deseen, afectados igualmente por este problema.

La iniciativa ha sido promovida por la patronal Hostelería de España a nivel nacional y sido respaldada a nivel local por Horeca Zaragoza, Cafés y Bares y Zaragoza Esencial. El acto central se llevará a cabo en la plaza del Pilar con la participación de representantes de dichas organizaciones.

«El tema es complicado y convulso y está teniendo una afección muy grave para todo el sector», recalca Fernando Martín, presidente de la Confederación de Empresarios de Hostelería y Turismo de Aragón (CEHT). El problema «no es una cosa nueva», agrega, ya que hace ya un año que la escalada de la luz viene menguando los márgenes de rentabilidad de las empresas, pero la repercusión es cada vez mayor teniendo en cuenta el vía crucis que ha atravesado en los últimos tiempos un sector formado por 30.000 establecimientos en la comunidad.

Un lastre para la viabilidad de los negocios

«Después de dos años ertes, cierres, reaperturas y un sinfín de afecciones a la actividad, pensábamos que íbamos a cicatrizar las heridas pero no está siendo posible», lamenta Martín, que está al frente del hotel restaurante El Patio, en La Almunia de Doña Godina.

El testimonio de un bar de Zaragoza: «Pago más de luz que del local»

El gasto en electricidad se ha convertido en el principal motivo de los desvelos de los negocios de hostelería. Que se lo digan si no a Javier Rada Sesma, que está al frente del bar restaurante Morrete, ubicado en la céntrica plaza San Pedro Nolasco de Zaragoza. De la noche a la mañana, su factura mensual de la luz llegó este verano a casi cuadruplicarse. Pasó de los 830 euros del recibo que le cobraron a mediados de julio a los 3.200 un mes después, es decir, una subida estratosférica del 385%. «A ver qué negocio puede aguantar este incremento. Es insostenible», afirma este pequeño empresario que tiene a cinco trabajadores a su cargo. «Es una barbaridad que me pidan más que por el alquiler del local. No puede ser», señala visiblemente cabreado por lo que considera que es «injusto».

Este hostelero firmó en octubre de 2021 un contrato a precio fijo con la comercializadora del mercado libre Factor Energía. «Nos decían que todo era muy favorable y al principio lo era, pero desde agosto me están dando unos palos que son insoportables», explica Javier, que ahora tiene 61 años y regenta el establecimiento desde hace cinco al quedarse en paro al perder su empleo como maître de un hotel. «Monté el restaurante en 2017 y lo estaba sacando a flote. Hemos aguantado incluso la crisis del covid, pero ahora nos llega este problema de la luz», se lamenta.

El motivo de que coste de su recibo eléctrico se haya disparado de tal manera lo achaca a que no fue informado de la aplicación de nuevo cargo por la compensación del tope del gas. También cree que puede deberse a que le cobran una factura estimada de consuma, lo cual dice no entender siendo que los contadores son digitales desde hace unos años. «Nos sentimos engañado. Es un problema muy gordo que está afectando a la mayoría de los bares de la ciudad», sostiene.

Tras ser asesorado sobre las «posibles irregularidades» que, dice, se han podido cometer en la comercialización de su contrato eléctrico y la aplicación del tope del gas, Javier decidió devolver los dos recibos con precios desorbitados –le llegó otro en septiembre de 2.900 euros– y ha cambiado ya de compañía de luz. «En un negocio como el mío no puedes trasladar a los clientes estas subidas», explica.

Pero el coste de la luz no es su único quebradero de cabeza: «ahora nos dicen que nos van a levantar toda la plaza para reformarla y el ayuntamiento no nos ofrece ningún tipo de ayuda», denuncia. 


El único alivio para el sector es que la demanda de clientes sigue alta. «La gente está saliendo y consumiendo por más que se auguraba que el final del año iba a ser algo desastroso», sostiene Martín.

«Queremos visibilizar el malestar en las empresas del sector con un problema que es especialmente grave en algunos casos», afirma Luis Femia, gerente de la Asociación de Cafés y Bares de Zaragoza y Provincia, quien destacó que para algunos pequeños negocios el gasto en electricidad supera incluso al del alquiler de un local. Los elevados precios de la luz son una losa que en un contexto inflacionista que también está provocando un incremento de materias primas y suministros de las actividades ligadas a la hostelería. «Es un lastre que condiciona la viabilidad de las empresas a futuro. Muchas no van a poder hacer frente a estos costes», augura.

La preocupación por este asunto va en aumento teniendo en cuenta que se acerca el invierno y las meses de más frío, cuando el gasto en electricidad es mayor por el uso de las bombas de aire para calentar los establecimientos. La estructura de gastos de estos negocios se va a tambalear porque su dependencia de la energía es total.

El problema eléctrico es la gota que colma el vaso y la paciencia de los empresarios de la hostelería, que habían pasado páginas a la pesadilla de la crisis del coronavirus, que condicionó su actividad durante una larga temporal. «Estamos en una normalidad que no es tal, la luz es la nueva pandemia del sector», sentencia Femia. A su juicio, aunque la apariencia de muchos bares sea de que «les va muy bien» porque tienen las terrazas llenas, la realidad es que «cada vez es más complicado para muchos mantener su negocio a flote». «La gente sale pero el gasto medio de consumo también ha bajado», sostiene.

En declive del sector: más cierra que altas

El resultado de esta concatenación de adversidades es un declive del sector, según apuntan desde las asociaciones aragonesas que lo representan. «Está habiendo mucho cambio de titularidad y abren muy pocos bares nuevos», sostienen. El problema crónico de relevo generacional también creen que se ha agudizado y algunos hosteleros han optado por adelantar su jubilación. «Está bajando el número de negocio, hay más ceses que aperturas», añaden.

Los hosteleros reclaman una revisión y una modificación del sistema de cálculo de tarifas, disponer de un estatuto «similar» al de consumidor electrointensivo o aprobar bonos eléctricos con los remanentes de las ayudas covid-19 al sector que cifran en 3.000 millones de euros.

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