La unión de estaciones, la política y el medio ambiente: el peor momento posible

Quizá no había un momento peor para abrir (o intentar cerrar) el melón de la unión de estaciones de esquí de Astún y Formigal que este invierno. La dramática escasez de precipitaciones en forma de nieve en el Pirineo aragonés –que ha dejado la apertura de estaciones con apenas el 21% de kilómetros esquiables disponibles– coincide en estas semanas con la aprobación de los presupuestos autonómicos que dan luz verde a la inversión de más de 26 millones de euros procedentes de los fondos europeos de sostenibilidad turística y que servirán para sufragar la conexión entre ambos valles a través de un telecabina de 8 km que cruzará el paraje natural de Canal Roya.

El momento meteorológico es malo, porque no se ve a simple vista la necesidad de conectar unas cumbres que acusan más la falta de nevadas. Pero el momento político es casi peor. A cinco meses de las elecciones autonómicas y municipales del próximo 28 de mayo, los dos socios del Gobierno cuatripartito más a la izquierda, Chunta Aragonesista y Podemos, se enfrentan a la incongruencia de haber dado luz verde en el Consejo de Gobierno a unas cuentas que incumplen el 'ABC' de sus idearios políticos.

Solo el PSOE y el PAR salvan los muebles con este proyecto de unión de estaciones que, aunque es muy diferente al que se planteaba hace años, más basado en el pelotazo inmobiliario, sigue teniendo en contra a todo el movimiento ecologista y de protección del paisaje en Aragón.

La baza de IU

En estas circunstancias, los partidos de izquierdas que están fuera del Gobierno autonómico, como Izquierda Unida, puede sacar petróleo entre el electorado de izquierdas con una mayor sensibilidad medioambiental. De hecho, tienen casi una autopista libre para desplegar sus mensajes de protección del medio ambiente y en contra de un modelo expansionista del esquí mientras critican la "incoherencia" de quienes en mayo podrían ser sus socios por denunciar la unión de estaciones desde fuera del Ejecutivo aragonés y no frenarla en las votaciones del Consejo de Gobierno.

Además, la falta de nieve en estas semanas engorda un discurso que sería más difícil de defender si este invierno, como ocurrió hace tan solo dos años, la cordillera pirenaica estuviera colmada de nieve, por ejemplo, por los efectos de un temporal como Filomena. Un fenómeno que también era consecuencia del cambio climático, pero que habría logrado el efecto contrario en el relato político.

El Senado al rescate

Así las cosas, desde Chunta Aragonesista presentarán una propuesta en el Senado, a través del senador de Compromís Carles Mulet, para tratar de frenar el proyecto en el Gobierno central. La bicefalia orgánica del partido permite que su presidente, Joaquín Palacín, insista en que CHA está "en contra de un proyecto de unión de estaciones que está abocado al fracaso en un contexto de cambio climático", mientras el consejero de Vertebración del Territorio, José Luis Soro, aprobó las cuentas en el seno del cuatripartito. Para Palacín, Canal Roya es "un valle que debería estar protegido por su gran valor medioambiental".

Desde Podemos, que además ostenta la dirección general de Cambio Climático y la de Medio Natural en el Gobierno de Aragón, también se han mostrado en contra desde el partido, aunque hayan votado a favor desde el Gobierno.

La portavoz de Podemos y exdirectora general de Cambio Climático, Marta de Santos, expresó que "si se cumplieran los trámites necesarios, creemos que la ejecución de este proyecto es más bien dudosa" y pidió "ser sabedores de todos los pormenores del proyecto, porque hasta ahora no nos han hecho conocedores de los mismos".

Todo ello teniendo en cuenta que la unión de estaciones es una de las "discrepancias pactadas" que cada vez que aparece genera tensiones.

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