DETERIORO DE LA ATENCIÓN PRESENCIAL

Colapso de la Seguridad Social: la odisea para ser atendido en Zaragoza

El atasco del organismo público indigna y desespera a los usuarios de las oficinas de la ciudad por las trabas para conseguir una cita previa en internet y el temor a no cobrar a tiempo una prestación por jubilación o el ingreso mínimo vital

Filas en la oficina 8 Varias personas esperan en la calle para ser atendidas en la oficina de la Seguridad Social de la calle Doctor Cerrada de Zaragoza. | ÁNGEL DE CASTRO

Filas en la oficina 8 Varias personas esperan en la calle para ser atendidas en la oficina de la Seguridad Social de la calle Doctor Cerrada de Zaragoza. | ÁNGEL DE CASTRO / j. heras pastor

Tramitar una baja laboral, una prestación por maternidad o paternidad, el Ingreso Mínimo Vital (IMV) o el acceso de la jubilación requiere de altas dosis de paciencia, tiempo y, a veces, suerte para muchos aragoneses. El colapso de la atención al público en las oficinas del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) se ha convertido en un mal endémico en los últimos años, sobre todo tras el estallido de la pandemia. El problema de fondo es la falta de personal, razón por la que los sindicatos CSIF, CCOO y UGT han convocado este jueves una concentración frente a la dirección provincial del organismo en Zaragoza.

Conseguir una cita previa para ser atendido de forma presencial resulta una misión casi imposible la mayoría de los días por la elevada demanda. Así lo atestiguan quienes desde primera hora de la mañana hacen fila a las puertas de la sede del organismo en la céntrica calle Doctor Cerrada, donde el enfado y la desesperación de los usuarios es patente, según ha podido comprobar este diario. Por si fuera poco, este jueves se cayó el sistema informático del organismo, lo que imposibilitó algunas gestiones, según aseguraron fuentes de la plantilla. La estampa se repite cada mañana en esta y otras oficinas de la ciudad ante la impotencia de los funcionarios que no dan abasto con su trabajo.

Para jubilarse 8 María José ha tardado tres meses en conseguir una cita. | ÁNGEL DE CASTRO

Para jubilarse 8 María José ha tardado tres meses en conseguir una cita. | ÁNGEL DE CASTRO / j. heras pastor

«He tardado tres meses en conseguir una cita previa y al final lo logre de chiripa», comenta María José Julve, de 65 años, que ha ido para tramitar su jubilación. «Como faltan más de tres meses para que llegue la fecha, tendré que volver otro día», dice resignada. «Ya puedo rezar a Judas Tadeo para conseguir otra cita. Aunque soy una abuela moderna y me defiendo con la informática, es un milagro conseguir un hueco», asegura. «Me fastidia que no haya nadie que cara a cara, presencialmente, te informe. Además un trámite de una jubilación requiere detalles y son cosas para siempre, hasta lo que te queda de vida», se lamenta.

Y es que, además de frustración y enfado, se genera situaciones de injusticia por que no hacer a tiempo determinados trámites puede provocar experiencias angustiosas o, incluso, un quebrando económico para las familias vulnerable si se demora la percepción de una pensión por viudedad, orfandad o incapacidad u otras rentas sociales.

«Aunque soy una abuela moderna y me defiendo con internet, es un milagro conseguir un hueco»

«No hay manera de conseguir cita previa. He venido a ver si hay suerte y me atienden. Hace un año que eché los papeles para el ingreso mínimo y no me han respondido», comenta Rufino García, de 61 años. «Vengo a ver si me reciben. Es imposible coger cita previa por internet», afirma Marta Lucía, de 60 años. «Estoy desesperada. Solo quiero entregar los partes de baja por una operación para seguir cobrando el subsidio de desempleo, que me han quitado desde enero. Si sigo así no tengo para pagar mi arriendo», explica visiblemente emocionada. «Soy parada de larga duración desde 2010, trato de superarme y encontrar trabajo, pero no me lo dan por la edad».

María José Fernández también está angustiada y cruza los dedos para que la atiendan porque de ello depende su subsistencia. «Tengo cuatro hijos y uno de ellos en la cárcel. Vengo a entregar papeles del ingreso mínimo vital que me lo han quitado sin explicación. O me lo arreglan o me veo en un desahucio o yo que sé...», señala. Hace unas semanas fue hasta La Almunia de Doña Godina porque fue la única oficina donde encontró cita, pero «ahora me dicen que tengo que venir aquí a entregar los papeles, pero vengo sin cita porque es imposible coger una por internet», relata.

El principal origen del atasco viene de la falta de personal. Se trata de una plantilla muy envejecida que en los últimos años ha registrado un constante goteo de jubilaciones, lo que ha dejado un reguero de vacantes que no se han cubierto. El Gobierno central defiende que es un problema heredado de la etapa de Rajoy, cuando la tasa de reposición fue «exigua o inexistente» y asegura que está tomando medidas organizativas y laborales desde 2020 para revertir esta situación.