EL CONVENIO COLECTIVO EN LA FÁBRICA DE AUTOMÓVILES

El pacto en Stellantis Figueruelas tranquiliza a la Ribera Alta y a las auxiliares

Los 25.000 empleos y las 200 empresas de la automoción en Aragón respiran con alivio | El municipio donde se ubica la fábrica o Pedrola tildan el pacto de «magnífico»

Una operaria de Stellantis Figueruelas en la nave de acabado final.

Una operaria de Stellantis Figueruelas en la nave de acabado final. / Jaime Galindo.

Andan metidos ahora el comité y la dirección de Stellantis Zaragoza en redactar la letra pequeña del convenio colectivo para los próximos cincos años, que sellará la llegada de un plan industrial a largo plazo en la fábrica de Figueruelas que asegurará la producción más allá de 2030. Sin embargo, la negociación no se ha quedado en las líneas de producción de la factoría más grande de Aragón. De cerca han seguido las reuniones toda la industria auxiliar del automóvil: más de 200 empresas y 20.000 trabajadores (que se sumán a los más de 5.000 de Figueruelas) que empiezan a ver cómo se despejan los nubarrones en el mundo de la automoción tras unos años marcados por la incertidumbre del salto a la electromovilidad, la crisis de los microchips y los precios de la energía y los combustibles. 

«Es una noticia positiva, aunque no deja de ser un acuerdo interno de una empresa. En cualquier caso, un horizonte de estabilidad a cinco años es bueno para todo el sector. Esa estabilidad permitirá que haya empresas que puedan aprovecharse del efecto arrastre», explica David Romeral, el gerente del Clúster de Automoción de Aragón. No obstante, incide Romeral en que la de Figueruelas depende el 30% de la facturación del sector en Aragón, por lo que no deben descuidarse las asignaciones de modelos eléctricos a otras plantas ubicadas en España. «Lo que debemos buscar es que los modelos fabricados en España tengan piezas made in Aragón», subraya. 

La cercanía de la firma del convenio también hace respirar a los municipios del entorno de la fábrica, que contenían desde hace tiempo la respiración por la incertidumbre en el sector, pues bastantes vecinos acuden cada día a operar en las líneas de ensamblaje de Stellantis. «No es una buena noticia. Es magnífica. La paz social es muy importante, más aún si de este acuerdo sale ese plan industrial para el largo plazo que permitirá la pervivencia de la planta», explica Luis Bertol, alcalde de Figueruelas. Dice Bertol que el acuerdo aporta «muchísima tranquilidad», sobre todo después de un último convenio, el firmado en 2018, en el que «se sufrió mucho». «Se ha entendido que el momento era esencial, crítico, y que las prisas apretaban. Los sindicatos y la dirección han demostrado sensatez y ganas de trabajar por la continuidad de la planta», afirma Bertol, que sentencia: «Figueruelas y la fábrica de Stellantis son un matrimonio indisoluble. Y así debe seguir siendo».

"Figueruelas y la fábrica de Stellantis son un matrimonio indisoluble. Y así debe seguir siendo"

Luis Bertol

— Alcalde de Figueruelas

En términos similares se expresa Manoli Bergés, la alcaldesa de Pedrola, quien destaca que «todo aquello que sea afianzar el futuro de la fábrica es bueno para las localidades del entorno». A la regidora casi le ha sabido a poco que el acuerdo se firme por cinco años. «Cuanta más estabilidad, mejor, aunque es cierto que esas inversiones que han hecho en renovables (la fábrica de Figueruelas producirá el 80% de su electridad con placas y aerogeneradores antes de 2025) dan seguridad sobre el futuro», apunta la regidora, quien también señala el crecimiento de las auxiliares ubicadas en la localidad, como Linde-Wiemann, Adient o Arcelor Mittal. 

También la consejera de Economía del Gobierno de Aragón, Marta Gastón, celebró ayer el preacuerdo apalabrado por las partes negociadoras: «Supone una garantía de futuro para el desarrollo laboral, empresarial, pero sobre todo social y económico de nuestra comunidad. Es un buen empuje para la marca Aragón, para la propia planta y para el sector de la automoción».