Los efectos de la tormenta

Las familias protegen el colegio María Zambrano con una cadena humana

Alrededor de 300 personas han formado un muro en la parte trasera del centro educativo

Los asistentes, divididos entre el cambio de ubicación o continuar con seguridad

Eva García

Eva García

«Queremos un cole seguro». Esta ha sido la frase más repetida por niños y mayores en la protesta organizada por la Ampa del colegio María Zambrano. Querían levantar un muro de protección, una barrera de seguridad y alrededor de 300 personas se unieron ayer por la tarde para hacerlo, hombro con hombro, solo con la voz como pancarta y carteles con ladrillos donde se podía leer una frase: «Seguridad para nuestros hijos y para el profesorado».

Entre los participantes, padres, madres, abuelos y vecinos y también muchos niños, alumnos del colegio cuyo interior fue arrasado el pasado 6 de julio por una riada provocada por una inusual tormenta. Entonces, muchos de los padres se enteraron de que el colegio se había construido en el medio del cauce del Barranco de la Muerte.

Protesta en el colegio María Zambrano para pedir más seguridad tras los destrozos de la tormenta

Ángel de Castro

Tras la visibilización de la protesta y la muestra de inseguridad por parte de las familias, se ha celebrado una asamblea informativa en la que se explicó toda la «información recabada» por la Ampa Claros del Bosque del centro y las «propuestas surgidas por parte tanto de la junta como de las familias para ver cuales serían a corto y medio plazo las opciones más viables», ha reconocido Noemí Corbatón, presidenta de la asociación.

Entre ellas está la de volver al colegio pero «reparado y con medidas de seguridad» –es por lo que apuesta el Gobierno de Aragón en funciones para garantizar el principio de curso–, pero también la ubicación de aulas prefabricadas o la dispersión del alumnado en otros centros. «Hay varias opciones, que vamos a exponer, con todas sus condiciones para que las familias las puedan interiorizar y podamos tomar una decisión», ha explicado, aunque para eso todavía habrá que esperar ya que es «información densa y sensible» que después de ser analizada, volverá a la junta con las opiniones de las familias. Esto a corto plazo, porque por parte de Educación ya se han encargado informes que «puedan sostener las decisiones a tomar a medio plazo cuando haya un nuevo consejero de Educación» tras formarse un nuevo Gobierno.

Para todos los gustos

En cuanto a las familias, todas quieren seguridad, pero existe división de opiniones. Rebeca lo tiene claro: «No quiero el colegio aquí», ha dicho con rotundidad, acompañada de su madre (Esther) y de su niña de 3 años, que este curso iba a comenzar en el María Zambrano. Si vuelve a ocurrir «es imposible evacuar porque los niños se asustan», por eso apuestan por el cambio de ubicación y los barracones para comenzar el curso. «Es una paradoja, pero ahí están más seguros».

Junto a ellas otras madres, en este caso, cuyos niños pasan a segundo de Infantil, que se preguntaban «¿Qué hubiera pasado si la riada hubiera sido en horario de clase? El desenlace hubiera sido diferente», han asegurado. Por eso, creen que las medidas que se proponen de seguridad «no son para prevenir sino para salvar el desastre» y también apuestan por los barracones porque «la reubicación es complicado porque no sabemos donde y yo quiero que mi hija estudie en el barrio».

Miguel Ángel sin embargo tiene claro que «si mejora la seguridad me vale, pero eso sí, que esté garantizada al 100%», pero también reconoce que que el colegio esté en un barranco se debe pedir responsabilidades y que no queden diluida con los años». Su pequeño comenzó en barracones el curso pasado y «teniendo un colegio de verdad...» prefiere no volver a las aulas prefabricadas.

A Javier tampoco le convencen «los apaños» porque a los niños «no es fácil de evacuarlos», pero cambiar la ubicación «tampoco lo veo realista». Lo que no quiere es que cuando «caigan cuatro gotas estemos acojonados y vengamos con miedo a buscar a nuestros hijos». La decisión que tienen que tomar los padres es difícil y el comienzo de curso está a la vuelta de la esquina, el próximo 7 de septiembre.