La producción de alfalfa en Aragón desciende casi un 25%

La caída, menor a la prevista inicialmente, se debe a la sequía y se suma a la bajada previa del 13%

La alfalfa apilada lista para ser exportada a los principales mercados internacionales.   | SERVICIO ESPECIAL

La alfalfa apilada lista para ser exportada a los principales mercados internacionales. | SERVICIO ESPECIAL / a. r.

El Periódico de Aragón

El Periódico de Aragón

El sector de la alfalfa, del que Aragón es una potencia internacional, se sobrepone como puede al prolongado periodo de sequía y en esta campaña acumula por el momento un descenso del 25% en su producción respecto al periodo anterior y, a falta de algunos cortes por hacer, la previsión es que España alcance el millón de toneladas.

Una caída menor al 50% que se preveía hasta mayo, cuando la cosecha se veía en serio riesgo en muchos campos. Pero las lluvias caídas en junio en algunas zonas del país permitieron recuperar el tono de la producción de forrajes deshidratados, que el ejercicio pasado ya experimentó una caída del 13% respecto al previo.

La falta de precipitaciones registradas durante los primeros meses del año y las restricciones de riego posteriores afectaron en un principio al crecimiento de la planta, que recibió agua en periodos más amplios a los quince días habituales hasta alcanzar casi los dos meses.

La alfalfa también se vio perjudicada en distintos momentos por las elevadas temperaturas, que propiciaron la aparición de plagas, que actúan sobre las hojas, el frío a destiempo y el cierzo.

La escasez de agua y las dudas sobre cómo iba a afectar la nueva PAC no animaron especialmente el periodo de siembra de unos productores que, según explica Luis Machín, director de la Asociación Española de Fabricantes de Alfalfa Deshidratada (AEFA), en los primeros meses del año se encontraron con que «el comprador nacional hizo un acopio especial de forraje para alimentar al ganado ante la previsión de un desabastecimiento por la sequía».

Confirma ese miedo al desabastecimiento Francisco Tabuenca, administrador de Forsa, Forrajes San Agustín, empresa ubicada en la localidad oscense de Almuniente, que ve ahora mismo la demanda «bastante parada» con unos precios que subieron el año pasado y que el mercado nacional «ha pagado algo más caros de lo habitual por ese cierto miedo existente». Unos precios que Tabuenca ya ve «de bajada».

Sus estimaciones apuntan a que las exportaciones rondan por el momento las 200.000 toneladas, concentradas la mayoría de ellas entre enero y marzo. Una cifra en línea con el balance de mayo facilitado por AEFA. Así, entonces se exportaron 39.109 toneladas (28.475 toneladas de balas deshidratadas y 10.634 toneladas en formato pellets).

Por países, Emiratos Árabes Unidos adquirió 18.777 toneladas de balas, seguida de Portugal, con 1.803 toneladas, y Jordania (1.367 toneladas). Respecto a los pellets, Libia fue el mejor cliente con la compra de 2.667 toneladas, seguida de Emiratos Árabes Unidos (1.996 toneladas), Francia (1.283 toneladas) y Líbano (977 toneladas). Una cifra total menor a la de un año antes, cuando se alcanzaron las 90.612 toneladas. En cambio, abril fue mucho mejor este año (78.181 toneladas) frente a las 46.286 toneladas del año anterior.

Tabuenca apunta a la competencia por precio como explicación para el comportamiento de la exportación española, basada fundamentalmente en la producción aragonesa, el 80% del total nacional.

«Estamos fuera de precio. Estados Unidos ha bajado sus precios, como también lo han hecho otros competidores y compradores principales como China se están abasteciendo de su producción.

Con todo, desde AEFA, resaltan «el potencial y la gran valoración» de la producción española y aragonesa en particular en el mercado internacional, con Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita, China, Japón o Jordania

Gran parte de esa alfalfa se deshidrata y se vende a Emiratos Árabes, Arabia Saudí o China, como alimentación animal de altísima calidad.

La comunidad es uno de los grandes productores mundiales de alfalfa deshidratada, pues dispone de una superficie de cultivo que ronda las 82.000 hectáreas que habitualmente pueden llegar a alcanzar una producción de hasta 800.000 toneladas.

TEMAS