La alternativa de moda al tabaco

La epidemia de los ‘vapers’

Las autoridades y expertos alertan de que su uso puede ser igualmente perjudicial

En España hay 450.000 usuarios, un 3,2% son menores y los hombres son los que más lo utilizan 

La moda del vapeo y los cigarrillos electrónicos están ampliamente extendidos entre la población más jóven.

La moda del vapeo y los cigarrillos electrónicos están ampliamente extendidos entre la población más jóven. / DAVID CASTRO

Inma Marín Soriano

Inma Marín Soriano

En los últimos años se ha popularizado el consumo de los conocidos como cigarrillos electrónicos o vapers como sustitutivo del tabaco convencional. En Zaragoza desde 2018 se ha notado una proliferación de establecimientos especializados en el vapeo, donde se pueden encontrar infinidad de productos e incluso piezas de coleccionista.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define los cigarrillos electrónicos como un sistema que calienta un líquido, que pueden o no contener nicotina, pero no tabaco. Estos líquidos pueden variar de sabor y contienen sustancias químicas tóxicas para la salud. La Unidad de Prevención y Control de Tabaquismo de la Dirección General de Salud Pública considera que el término «vapeador» es utilizado como una estrategia engañosa que elude referirse a estos dispositivos como cigarrillos electrónicos para intentar asociar el producto con la inocuidad del vapor de agua.

Sin embargo, desde la dirección de la Unidad de Tabaquismo de la Facultad de Medicina de la Universidad de Zaragoza, la doctora Isabel Nerín, asegura que aunque el riesgo es menor, porque no existe combustión, igualmente implica afecciones para la salud a corto plazo.

En Aragón, los datos más recientes de 2021 de la Dirección General de Salud Pública revelan que casi la mitad de los jóvenes entre 14 y 18 años de la comunidad y de España han consumido cigarrillos electrónicos.

Su consumo está directamente relacionado con la aparición de enfermedades como la neumonías, bronquitis e incluso se ha detectado una nueva afección asociada al vapeo y los cigarrillos electrónicos conocida como Evali. Se trata de una patología que provoca lesiones en el pulmón y que puede generar una disminución en la capacidad respiratoria, así como fiebre y pérdida de oxígeno en sangre. Se encuentra directamente relacionada con el uso de productos que contienen aceite de vitamina E, presentes en los vapeadores.

Estas nuevas formas de fumar que se promocionan como alternativas saludables al uso de cigarrillos convencionales no son vistas con buenos ojos por organismos como la OMS. La doctora Isabel Nerín asegura que para dejar de fumar existen tratamientos eficaces, y que el uso del vaper para dejar de fumar no es un eslogan cierto. «Hay mucha gente que al utilizarlo se acaban convirtiendo en fumador dual, que alterna los cigarrillos convencionales con el vaper», asegura Nerín.

Proliferan las tiendas de especialización en la venta de cigarrillos electrónicos.

Proliferan las tiendas de especialización en la venta de cigarrillos electrónicos. / el periódico de aragón

El crecimiento exponencial del vapeo, bien sea como moda o hobby, se está extendiendo también entre los menores. Una puerta de entrada hacia el consumo de productos con nicotina que genera una gran adicción entre este sector de la población. «Es bastante escandaloso que se estén comercializando con sabores porque los hace más atractivos para los jóvenes», lamenta Isabel Nerín.

Desde la Unión de Empresarios y Promotores del Vapeo (UPEV) aseguran que la regulación prohíbe la venta y entrega de estos productos a menores, y que ello comporta sanciones a quien los ofrezca. Por ello, consideran que se debería regular su comercialización ya que puede ser más fácil para los menores adquirir estos productos en establecimientos no especializados en la venta de vapers.

Desde la entidad estiman que en España hay 450.000 usuarios de vapers, de esta cifra un 3,2% son menores, según un estudio realizado por la consultora Sigmados. «El vapeo no es otra cosa que una herramienta o alternativa para los fumadores, el no fumador no debería ni empezar a fumar ni a vapear», declara Arturo Ribes, presidente de UPEV.

En cualquier caso, la fiebre del vapeo está creciendo de manera exponencial desde su popularización en 2015. En Aragón, los datos más recientes de 2021 de la Dirección General de Salud Pública revelan que casi la mitad de los jóvenes entre 14 y 18 años de la comunidad y de España han consumido cigarrillos electrónicos.

Por género, los hombres son los que más utilizan este tipo de alternativas al tabaco con un 42,2% frente al 41,7% en mujeres. Aunque la tendencia es que el consumo se vaya igualando en ambos casos.

Un aumento que va más rápido que su regulación. «En España no ha habido interés por parte del ministro actual de Sanidad de regularizar esta situación. Esto supone una gran irresponsabilidad porque su consumo seguirá aumentando sin que la Administración haga nada», asegura la doctora Nerín.

Entre los factores que influyen a la hora de consumir este tipo de sustancias se encuentra el deseo de dejar de fumar tabaco.

El Real Decreto 579/2017 del 9 de junio únicamente versa sobre determinados aspectos relativos a la fabricación, presentación y comercialización de los productos del tabaco y relacionados, así como aquellos lugares en los que su consumo está prohibido. «Nuestra reivindicación es que cualquier regulación sea basada en ciencia con estudios rigurosos. La regulación actual lo que nos manda es que nosotros únicamente podemos comercializar productos con nicotina en un volumen no superior a los 10 mililitros, y en una cantidad de nicotina no superior a los 20 miligramos por mililitro», explica Arturo Ribes, presidente de UPEV.

Entre los factores que influyen a la hora de consumir este tipo de sustancias se encuentra el deseo de dejar de fumar tabaco. Muchos de los usuarios de cigarrillos electrónicos empiezan a iniciarse en el vapeo como sustitutivo menos dañino al hábito de fumar. «Dejé de fumar gracias a ellos hace cinco años. La diferencia que noto es que antes no podía salir de casa sin el tabaco y ahora si me dejo el vaper no pasa nada. Además me sale mucho más barato, antes fumaba un paquete diario y ahora con cinco euros puedo pasar una semana entera», comenta un exfumador.

En cualquier caso es innegable que el boom de los vapeadores ha llegado para quedarse y que cada vez es más habitual ver a personas utilizando este tipo de aparatos. Por el momento su uso está prohibido en centros y dependencias de la Administración pública, establecimientos sanitarios, centros docentes, medios de transporte, así como parques infantiles y zonas de juego. En lugares de uso privado como bares u otros locales depende de la voluntad del propio establecimiento