El futuro de la industria del automóvil

Stellantis mira a Figueruelas para albergar su gigafactoría de baterías en España

La actual fábrica de coches se perfila como el emplazamiento idóneo para esta gran industria

El grupo confía en las ayudas del Perte para lanzar un proyecto que rondaría los 3.000 millones de inversión

Vista aérea de la planta de Stellantis en Figueruelas, rodeada de placas fotovoltaicas con las que se autoabastece de energía eléctrica.

Vista aérea de la planta de Stellantis en Figueruelas, rodeada de placas fotovoltaicas con las que se autoabastece de energía eléctrica. / EL PERIÓDICO

Dicen que a la tercera va la vencida. Aragón invoca a este refrán para lograr captar la ansiada gigafactoría de baterías, un proyecto milmillonario que blindaría el futuro en este territorio de la automoción, columna vertebral de su industria. Tras los dos intentos fallidos de Seat- Volkswagen y Tata Motors, la comunidad es la candidata preferente para hacer con el proyecto que Stellantis quiere instalar en la península Ibérica. Aunque nadie se atreve a lanzar las campanas al vuelo, todas las piezas del puzzle parecen encajar para que esta inversión tome cuerpo en los próximos años sobre los suelos de la propia planta que el grupo tiene en Figueruelas y en su entorno próximo, un enclave que se perfila como el más idóneo para acoger esta gran instalación.

La palanca para accionar esta iniciativa son las ayudas del Perte del vehículo eléctrico y conectado (Vec), a cuya segunda convocatoria se ha presentado la compañía, llamada a ser la protagonista de fondos al igual que Seat lo fue en el primer concurso. La próxima semana puede ser decisiva para dar nuevos pasos en favor de una inversión que rondaría los 3.000 millones de euros, los cuales se sumarían los más de 1.000 que se estima que la empresa destinará a la electrificación de la factoría aragonesa y de la de Vigo.

En los próximos días se prevé que el Ministerio de Industria emita una primera resolución provisional sobre la concesión de los incentivos públicos al gigante mundial del motor surgido hace dos años de la fusión de FCA (Fiat-Chrysler) y PSA (Peugeot-Citroën), lo que aportaría certezas sobre el plan industrial que la compañía ha diseñado para España.

La segunda edición del Perte Vec cuenta con dos líneas de ayudas. Una se dirige a incentivar la inversión en capacidad de producción de baterías, con una dotación de 837 millones de euros (550 en forma de subvención y 287 en préstamos) y la otra pretende apoyar la cadena de valor industrial del vehículo eléctrico y conectado, en este caso con un presupuesto de 559 millones (344 de subvención y 215 de préstamos).

La ventanilla para presentar solicitudes se cerró el 15 de septiembre y desde Stellantis solo confirman oficialmente haber planteado un proyecto a la segunda línea de ayudas. Se trataría de una propuesta conjunta con la fábrica hermana de Vigo y que tiene como objetivo la electrificación completa de ambas factorías. Ese salto se espera dar con la instalación en las dos plantas de las nuevas plataformas industriales del grupo, la STLA Small, que será el estándar para todos los modelos pequeños de las marcas de la multinacional a partir de 2026.

España o Portugal

A pesar del hermetismo que existe en torno a los planes del fabricante de marcas como Opel, Peugeot o Citroën, lógico en este tipo de procesos, todo hace indicar que la compañía también ha optada a la línea de baterías con un segundo proyecto, como así creen fuentes del sector consultadas por este diario. La incógnita se espera despejar esta semana si el ministerio da luz verde a la citada resolución del Perte. Entre ambas iniciativas, la compañía aspiraría a captar más de 300 millones de euros en incentivos públicos (unos 200 para las baterías y entre 100 y 150 para la electrificación), lo que movilizaría una inversión global de unos 4.000 millones. En realidad, las dos líneas de inversión están conectadas. La instalación de la plataforma STLA Small en las fábricas de Zaragoza y Vigo abriría la puertas de par en par al sueño de la gigafactoría española del grupo.

Hace ya tiempo que Aragón tiene la aspiración de acoger la producción de baterías de la automovilística asentada en este territorio, cuya atesora más de 40 años de historia. Esa posibilidad se barruntaba hasta hace poco a más largo plazo, ya que la compañía había dado prioridad a las tres plantas de este tipo que ya ha adjudicado en Europa (Francia, Alemania e Italia). Todo era así hasta que el pasado abril, y cogiendo con el pie cambiado incluso a los directivos del grupo en España, el CEO de Stellantis, Carlos Tavares, soltó una noticia bomba: Portugal o España acogerán la cuarta gigafactoría de la compañía en el Viejo Continente.

Las declaraciones las lanzó en una visita a la factoría de Mangualde (Portugal) y ante la presencia del primer ministro luso, António Costa. A pocas semanas de que el patrón del grupo tome una decisión –aseguró que lo haría antes de final de año–, Zaragoza parte como favorita para llevarse esta prometedora instalación. La otra candidata sería Galicia, hogar de la principal fábrica de coches del país y la que más produce de Stellantis, pero sus opciones se reducen cada vez más.

Entre la bazas que juegan a favor de Aragón está la ingente capacidad de generación de energías renovables que tiene esta tierra, un factor al que dan un alto valor los promotores de este tipo de inversiones. Entre las posibles ubicaciones de esa posible gigafactoría, diversas fuentes coinciden en señalar que el mejor emplazamiento sería el propio complejo de Figueruelas, donde sería además posible reutilizar algunos de sus actuales instalaciones.

Aragón ya mostró sus credenciales en el pasado para intentar hacerse con la gigafactoría de Volkswagen, que finalmente se fue a Sagunto (Valencia). Lo mismo pasó con la que planeaba el grupo indio Tata, que se decantó por Reino Unido. Tras estos dos gatillazos, el Gobierno aragonés y su sector no están dispuestos a dejar pasar esta nueva oportunidad.

El Peugeot ‘e-208’ se estrena el lunes en Zaragoza

El Peugeot ‘e-208’ se estrena el lunes en Zaragoza

Mañana es uno de los días marcados en rojo en los más de 40 años de historia de la planta de Stellantis en Figueruelas. Según ha posido saber este diario, comienza de manera oficial la fabricación en serie del Peugeot e-208, lo que supone el segundo coche eléctrico que ensambla la factoría zaragozana. La producción de este nuevo modelo se hará en la línea uno, en la que ahora se fabrican el Citroën C3 Aircross y el Opel Crossland, que dejarán de hacerse aquí a partir de la primavera de 2024.

No hay previsto ningún acto público con motivo de este hito industrial. La compañía sigue sin hacer oficial la asignación de este producto, denominado proyecto P21 en la jerga interna, debido probablemente a las suspicacias del Gobierno de Francia, que reclamaba la producción de este coche eléctrico en su país. No obstante, sí esperan que directivos del grupo visiten las instalaciones de Figueruelas esta semana, así como una reunión al más alto nivel con el nuevo Gobierno de Aragón. Sobre la mesa estarán los ambiciosos planes que la compañía tiene en esta tierra, siempre supeditados a conseguir las ayudas púbicas necesarias para que le cuadren las cuentas.