Cuenta sus experiencias con clientes como repartidora de comida y revoluciona Twitter

La usuaria ha aprovechado el llamamiento de otro perfil de la red social a evitar hacer pedidos a domicilio ante condiciones climatológicas como las de este fin de semana

Un repartidor de una empresa de comida a domicilio circulando bajo la lluvia.

Un repartidor de una empresa de comida a domicilio circulando bajo la lluvia. / GERMÁN CABALLERO

Tal y como llevaban avisando durante la semana los expertos en meteorología, la DANA ha golpeado España durante el pasado fin de semana con lluvias intensas. Las precipitaciones han estado presentes en prácticamente todo el país, pero zonas como Toledo y Madrid han sido las más perjudicadas por las aguas torrenciales y las inundaciones. Por su parte, en Aragón los más afectados son los municipios de Tauste, Pedrola y Gallur, cuyos vecinos han visto sus calles anegadas.

Con motivo de estas condiciones adversas, una usuaria de Twitter, @AlbantaSanRoman, realizó un llamamiento a la sociedad para que no se encargase comida a domicilio: "Anoche me pilló el diluvio en la calle y me puse mala de ver a tantos riders literalmente jugándose la vida para que algún tonto pudiera cenar una 'cheeseburguer'. De verdad, me llevan los demonios".

Aprovechando la petición, @Agent3_14, una repartidora de comida a domicilio, ha publicado un hilo donde reúne sus peores experiencias con clientes cuando le ha tocado trabajar a la intemperie bajo la lluvia: "Yo iba en moto de empresa, una de juguete, reventada y sin dibujo en las ruedas ya".

Ejemplo de cómo no actuar con los repartidores

A través de su perfil, la 'rider' hace referencia a más o menos una decena de situaciones que, desgraciadamente, le ha tocado vivir en algunas de sus jornadas laborales como repartidora. Todas ellas son tan vergonzosas como carentes de empatía por parte de los clientes. Por ello, los comentarios al tuit vienen cargados de indignación y de muestras de apoyo a la autora.

Cada vez somos más perezosos y esto se ha reflejado en el aumento de la tendencia de los encargos de comida a domicilio, sin importarnos las circunstancias que atraviesan los que nos llevan los platos a la mesa. En los dos primeros casos se habla de los que supuestamente no se han percatado de la lluvia y que se daban cuenta al verla empapada: "Ah, pero ¿está lloviendo? ¿Llueve mucho?" o "Joder, pero avísame que subes chorreando y me dejas la cena en el ascensor, que me estás ensuciando".

El anecdotario continúa con ejemplos en los que, aun conociendo el estado de las precipitaciones, los consumidores se muestran indiferentes. Si estamos ante un diluvio y no se puede hacer uso de las motos, "que me la traigan andando, que vivo cerca". Y si se les avisa de que la repartidora se ha accidentado y que se puede recoger el pedido en tienda, "cómo voy a ir yo con la que está cayendo".

La usuaria incluso se ha topado con quien se niega a pagarle por haber mojado con sus manos parte del envoltorio y quien la hace esperar en la calle porque no le contestan al teléfono. Por ello, termina el hilo con una reflexión en la que confiesa no haberse negado a trabajar en estas condiciones para seguir manteniendo su puesto. "En ningún momento está justificado arriesgar nuestra vida y nuestra salud".