Christelle Diallo recupera la sonrisa sobre el parqué

La pívot francesa castigó una y otra vez a la defensa de Perfumerías Avenida y resultó determinante para el triunfo de su equipo. Tras muchos meses a la sombra arrastrando diferentes molestias físicas, Diallo superó incluso las restricciones del Ramadán y volvió a mostrar su felicidad sobre la pista

Diallo muestra su sonrisa junto a sus compañeras Holesinska y Hermosa.

Diallo muestra su sonrisa junto a sus compañeras Holesinska y Hermosa. / FEB

A. Rillo

Carlos Cantero tenía claro el camino para imponerse a Perfumerías Avenida en el duelo de semifinales de la Copa de la Reina, reedición de la final del año pasado. Su baza ganadora, la que debía coronar el imprescindible sacrificio defensivo del colectivo, acumulaba sin embargo meses de penas y penurias, de minutos dosificados entre algodones y dolores soportados. 

Christelle Diallo llegó en 2023 avalada por su exhibición precisamente frente al Casademont en competición europea. Dejó atrás una década en el ESB Villeneueve d’Ascq y, superada la treintena, se lanzó a la aventura de integrarse en otro país y otra competición. Le hizo tilín el asomarse nuevamente a Europa y haber coincidido anteriormente con Vega Gimeno y Leo Fiebich. Sus 6,6 puntos y 2,4 rebotes de media, la situaron como una pieza clave en el esquema aragonés. Casademont fichaba a una pívot imponente, hábil en el juego de espaldas y en el pase, ágil en el pintura y también con tino en el tiro lejano. 

Pero la aparición de diferentes molestias físicas lastraron muy pronto sus intervenciones, cada vez menos rutilantes y más medidas. Ese querer y no poder apagó el rictus de la francesa y su rostro coleccionó escasas muestras de alegría durante la presente temporada. Nadie como ella para saber el potencial que acumula y las dolencias que lo han venido ensombreciendo.

Al duelo en la cumbre europea frente al Cukurova Mersin turco todavía llegó justa, así que la cita copera, en medio de un ritmo frenético de las diversas competiciones parecía una de las últimas oportunidades para sacar a pasear su poderío. Desde el inicio, Diallo se sintió protagonista y aprovechó cada uno de esos 193 centímetros de estatura para golpear una y otra vez como un ariete a la defensa rival. Poco importó las restricciones autogestionadas del Ramadán, que llegase con la lengua fuera a cada tiempo muerto y que tras el descanso y con 3 faltas personales tuviera que darse un respiro. Era el día de Christelle y la francesa no lo desaprovechó. Y por fin volvió a sonreír.