La educación de la hadas, la nueva película de José Luis Cuerda tras siete años sin dirigir, supone también el espaldarazo a la cantante Bebe en su aventura en el cine. Con un sólo disco en el mercado, Pafuera telarañas, que ha cosechado premios y aplausos, la cantante extremeña asegura que su proceso de creación ha sido el mismo que utiliza para escribir canciones.

Dos pequeños papeles en Al sur de Granada, de Fernando Colomo y El oro de Moscú, de Jesús Bonilla, ambas del 2003, han sido hasta ahora el contacto de Bebe con el cine. Cuerda, descubridor de Alejandro Amenábar, siempre estuvo seguro de que tras la cantante "se escondía una gran actriz" y en La educación de las hadas, "así lo ha demostrado".

Ante la suculenta oferta de esta coproducción en la que comparte cartel con el argentino Ricardo Darín y la francesa Ir¨ne Jacob (Tres colores: rojo), Bebe dice que sintió "mogollón de miedo".

"Son procesos parecidos de puesta en escena", explicó ayer durante la presentación del filme que se estrena el próximo 23 de junio. "Se trata de aprender una canción o un guión y trabajar los personajes. Todo tiene un trabajo interior", añadió. La autora de la archiconocida Malo interpreta en el drama de Cuerda a Sezar, una joven argelina que mientras espera noticias para ir a estudiar a la Sorbona, trabaja como cajera en un supermercado.

El físico ayudó a Bebe aunque debió pulir su acento extremeño --su tierra de adopción tras nacer hace 28 años en Valencia--, para lograr ser una argelina que sueña con estudiar y así romper con las tradiciones musulmanas, como la obligatoriedad del velo, lo que le ha causado problemas con su gente. Sezar es la chica en la que se fija Nicolás (Darín) cuando su matrimonio con Ingrid (Jacob), la mujer de su vida, entra en crisis por decisión de esta. El elenco se cierra con el niño Víctor Valdivia, el hijo de Ingrid que se entiende a la perfección con su padre adoptivo.