Cineasta aragonés

Un libro reivindica el legado oculto del aragonés José Luis Borau

El crítico e historiador Carlos F. Heredero ha presentado en la Academia de Cine el libro ‘Iceberg Borau: la voz oculta de un cineasta’ dedicado al director, guionista y productor

El libro se presentó ayer en Madrid, en la Academia de Cine

El libro se presentó ayer en Madrid, en la Academia de Cine / Agencia EFE

El Periódico de Aragón

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Una adaptación hollywoodiense de 'Mi querida señorita' (1972) para la que le propusieron a Sylvester Stallone o la imposible catalogación de todo el exilio cinematográfico español son algunos del casi centenar de proyectos no realizados de José Luis Borau que ha documentado el crítico e historiador Carlos F. Heredero.

Un total de 98 iniciativas -como director, pero también como productor, editor, historiador aficionado o gestor cultural- se incluyen en el libro Iceberg Borau: la voz oculta de un cineasta, presentado en la Academia de Cine, institución que financió esta investigación a través de la primera edición de sus becas Luis García Berlanga.

«La parte sumergida del iceberg corre en paralelo a todo lo que hizo», dijo Heredero en la presentación y resaltó «la extraordinaria coherencia» entre los logros del director de Furtivos (1975) y productor de filmes míticos de Zulueta, ('Un, dos, tres el escondite inglés', 1970), Gutiérrez Aragón ('Camada negra', 1976) o Jaime de Armiñán ('Mi querida señorita', 1972) y sus «fracasos».

El corazón del libro se refiere a su etapa americana, a partir de finales de los 70, cuando el también expresidente de la Academia de Cine, expresidente de la SGAE y exacadémico de la RAE viajó a Los Ángeles para cumplir su sueño hollywoodiense.

Una película, 'Río abajo' (1984), con David Carradine, llegó a buen puerto, pero hubo otros muchos intentos, desde el mencionado con Stallone a otros no menos imposibles: un filme con Mickey Rooney haciendo de sí mismo por el que luchó, según Heredero, durante más de dos décadas y que se frustró por problemas democráticos con los grandes estudios, y otros con Cantinflas o Imperio Argentina.

El libro se abre con su «asombroso» empeño por documentar su linaje desde el año 1042, en la Alta Edad Media, y su primer intento de guion, una adaptación de 'Zalacaín el aventurero' de Baroja que escribió siendo aún estudiante de Derecho en Zaragoza. Le siguieron dos guiones escritos junto a Jesús Fernández Santos en los años sesenta, 'Cien dólares al mes' y 'Vía muerta', que se anticiparon al Nuevo Cine Español al que Borau no pudo incorporarse, un fracaso que, según Heredero, le sumió en la amargura en sus inicios y le obligó a aceptar un par trabajos alimenticios como fueron 'Brandy' (1964) y 'Crimen de doble filo' (1965). Sus dos últimos guiones completos fueron 'La pajarita de oro' y 'Las hermanas del Don', pero también hubo proyectos «más locos» como un viaje al Sáhara para hacer una película sobre «un niño gacela» o un documental sobre «los supuestos orígenes gascones y navarros de Cristóbal Colón».