Industria del deporte

Las buenas noticias de la Superliga

La sentencia de este jueves abre la puerta a cambios en la gobernanza que pueden acabar teniendo un impacto muy importante en el producto

Florentino Pérez

Florentino Pérez / Europa Press

Marc Menchén

El Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) nos ha regalado un precioso tema de debate para estos días de encuentros familiares y con amigos. En Navidad podremos debatir otra vez sobre la Superliga, sus beneficios y amenazas, el futuro que nos depara. La sentencia de este jueves no es ni mucho menos un día histórico -ni para bien, ni para mal-, pero sí abre la puerta a cambios en la gobernanza imperceptibles quizás para el fan, pero que pueden acabar teniendo un impacto muy importante en el producto. Y, sobre todo, ha traído consigo distintas afirmaciones que demuestran que el fútbol como plataforma de entretenimiento está muy vivo.

La primera buena noticia es que el fallo puede ayudar a resolver una cuestión que Ferran Soriano viene criticando desde 2009: no tiene sentido que FIFA y UEFA actúen como reguladores de un deporte y comercializadores de competiciones al mismo tiempo. Ambas organizaciones ahora deberán justificar mucho y bien cualquier intento de bloqueo de nuevas iniciativas, sea la Superliga, o la disputa de partidos ligueros en otros países, como en su día se le prohibió a LaLiga.

El hecho de que el tribunal exija procesos transparentes, objetivos, no discriminatorios y proporcionados cambia la correlación de fuerzas entre federaciones, clubes, ligas y cualquier promotor. Especialmente, si se le añade que también deberá justificar mucho y bien cualquier tipo de sanción, económica o deportiva, que se quiera aplicar a clubes y jugadores, que por fin ven cómo la amenaza de no ser elegibles para su selección dejará de existir.

Y ese es el gran cambio. No supone que la Superliga pueda disputarse ya si algún equipo más se suma a Barça y Madrid, pues la traducción práctica de la sentencia es que UEFA y FIFA van a tener que razonar muy bien por qué bloquean la competición, y si realmente hay un impacto en la solidaridad y el equilibrio económico en el ecosistema que justifica su prohibición. Y esa es la buena noticia: ya sabemos que las buenas ideas se podrán llevar a cabo si hay apoyos.

Más buenas noticias. A22 dice que hay un grupo de partners que han garantizado los 15.000 millones necesarios para los tres primeros años, pues dicen que los ingresos mínimos para los clubes y la solidaridad con el ecosistema (400 millones anuales, el 8% del total) están garantizados en ese periodo. Y eso quiere decir que, frente a discursos catastrofistas sobre la muerte del deporte como espectáculo frente a otros modos de entretenimiento, la realidad es que el dinero está si hay buenas ideas.

Hay más. Con la creación de Unify, los promotores de la Superliga están convencidos de que pueden voltear el modelo actual de explotación audiovisual, e incluso generar más negocio, a partir de retransmisiones gratuitas y financiadas únicamente con la publicidad y la venta de productos o suscripciones a contenidos premium. Si son capaces de conseguirlo, sería un auténtico hito que ni siquiera NBA, NFL o Premier League se han propuesto alcanzar, más partidarios de que actualmente la única vía para mantener el valor de las competiciones es trabajar con plataformas y canales de pago.

Y la última. No hay mejor noticia que ver la unidad de clubes, competiciones y aficionados en torno a las líneas rojas de cualquier cambio de modelo.