5 millones de pobres

El informe 'El mapa de la pobreza severa en España' de EAPN-ES revela que la pandemia empujó a más personas a vivir en esta situación, que afecta ya al 10,2% de la población, al 8,1% en Aragón

La crisis económica desatada por la pandemia de covid-19 trajo consigo las denominadas colas del hambre.

La crisis económica desatada por la pandemia de covid-19 trajo consigo las denominadas colas del hambre. / SERVICIO ESPECIAL

EL PERIÓDICO

Casi cinco millones de personas viven en un alarmante estado de pobreza en España. Su día a día, y su principal dificultad, supone “gestionar la necesidad permanente de escoger, de hacer una gradación entre urgencias indispensables; entre comida y calor, entre cultura y pañales, entre ordenador y zapatos”.

Esta cita está extraída del tercer informe ‘El mapa de la pobreza severa en España’ de la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social en el Estado Español (EAPN-ES), publicado en los últimos días del 2022 y que refleja, por primera vez, el efecto del covid-19 en las tasas de pobreza severa, el grado más intenso de esta situación. Según el estudio, el 10,2% de la población, es decir, unos 4,8 millones de personas, vivía bajo esos parámetros en el 2021. Esta cifra es siete décimas superior a la del año anterior, lo que, unido al aumento de población, ha supuesto un incremento de unas 317.000 nuevas personas.

El umbral de renta para considerar que un hogar estaba en pobreza severa en el 2021 fue de 6.357 euros por unidad de consumo al año; es decir, cada persona debía sobrevivir con menos de 278 euros mensuales para el caso de una familia con dos adultos y dos menores, y con menos de 530 euros mensuales si vivía sola. “Esta exigencia es prácticamente imposible de mantener”, denuncia EAPN-ES, representada en esta comunidad autónoma por la Red Aragonesa de Inclusión.

Según esta coalición de entidades sociales, “es importante señalar que el perfil de las personas en pobreza severa es muy diferente al descrito mediante estereotipos y prejuicios del imaginario colectivo, intensificado por algunos sectores”. La gran mayoría está constituida por personas españolas (68,3 %), muchas de ellas con un nivel educativo medio (53,6 %) o alto (19,5 %), “en todo caso, más que suficiente para obtener un empleo digno”, y, además, muchos con trabajo (14,3 %) y con vivienda propia (45,9%).

Si se atiende a las cifras, uno de los principales factores de riesgo para caer en la pobreza y la exclusión social en España es tener hijos. Para EAPN-ES, “este dato debe ser tenido muy en cuenta a la hora de implementar medidas que amplíen la protección social” y “el apoyo a la crianza en la futura ley de familias”, cuyo anteproyecto fue aprobado por el Consejo de Ministros el pasado 13 de diciembre.

Tener hijos es un factor de riesgo para caer en la pobreza.

Tener hijos es un factor de riesgo para caer en la pobreza. / SERVICIO ESPECIAL

“Resulta especialmente preocupante la situación de los hogares monoparentales”, alerta la red. La inmensa mayoría de ellos está a cargo de una mujer, y el 26,2% se encuentra en situación de pobreza severa. E incluso algo superior es el dato entre las familias numerosas. El 27,2% de las personas residentes en hogares con tres o más menores viven en pobreza severa, casi tres veces por encima que el resto de los hogares.

Respecto a la incidencia por sexo y edad, el estudio muestra que la pobreza severa es un asunto de jóvenes y es más elevada entre niños, niñas y adolescentes, y adultos con menor edad. Así, el 15,1 % de las personas menores de 16 años están en situación de pobreza severa.

Por otro lado, cobrar una nómina no necesariamente garantiza la cobertura de las necesidades básicas. Atendiendo a la relación entre pobreza y empleo, más de 1.234.900 personas en España tienen trabajo y, al mismo tiempo, están en pobreza severa.

Además, el informe verifica grandes disparidades territoriales. Destacan las altas cifras de pobreza severa en Canarias, Andalucía y Extremadura, con porcentajes que oscilan entre el 12,5% y el 16,8% del total de su población. Por el contrario, las ratios más bajas se registran en País Vasco, Navarra y Cantabria, con valores entre el 4% y el 6%.

Esta disparidad regional se refleja también en las variaciones interanuales de las tasas de pobreza severa, y lo que se ha ganado en unas comunidades autónomas se ha perdido en otras. Mientras han caído en cinco territorios, en donde han salido de esta situación 346.000 personas, en otros doce, incluido Aragón, el número se ha elevado en 653.000.

Destaca el caso de La Rioja, donde la pobreza severa ha crecido el 80,7% (pasando del 4 al 7,2%), o Baleares, con el 50% de aumento. Les siguen Andalucía, con un incremento del 36,7%, y Aragón, con el 32,7%, donde el porcentaje de población en esta situación ha pasado del 6,1 al 8,1%. Esto supone que en el 2021 había 107.361 aragoneses en pobreza severa, 26.268 más que en el 2020.

Y ante estas demoledoras cifras, ¿qué están haciendo las administraciones públicas? Según EAPN-ES, “hay estrategia; otra cosa es marche bien. El consenso sobre la necesidad de aplicar políticas de protección social es amplio y las medidas económicas, laborales y sociales implementadas (ertes, ingreso mínimo vital, medidas autónomos y otras) limitan las consecuencias de la pandemia que serían esperables para para las personas más pobres. Sin embargo, el sistema actual de rentas mínimas es complejo, con escasa cobertura e insuficiente cuantía para proporcionar a las personas en pobreza severa un nivel de ingresos que permita cubrir sus necesidades básicas”.

En este sentido, desde EAPN-ES piden, no solo que se mantengan las medidas implementadas durante los últimos años para afrontar las diferentes crisis, sino también “un aumento de los recursos y del alcance de estas, especialmente en materia de igualdad de género, justicia fiscal, educación inclusiva, empleo decente, garantía de ingresos, vivienda accesible y pensiones dignas”.