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ACOSO SEXUAL

Sánchez asume “errores en primera persona” por el caso Salazar y reforzará los protocolos antiacoso del PSOE

El jefe del Ejecutivo deja en manos de las víctimas la decisión de llevar las denuncias a la Fiscalía, como exigen sectores feministas del partido, y lega "nula connivencia" con quien fue su estrecho colaborador

El presidente del Senado, Pedro Rollán (i), saluda al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a su llegada al acto institucional por el Día de la Constitución.

El presidente del Senado, Pedro Rollán (i), saluda al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a su llegada al acto institucional por el Día de la Constitución. / Chema Moya / EFE

Madrid

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha reconocido que la gestión del caso Salazar ha tenido fallas. Principalmente, en lo relativo a la “interacción” con las víctimas que denunciaron internamente acoso sexual por parte de quien era su estrecho colaborador en Moncloa y miembro de la ejecutiva socialista, Francisco Salazar. También por la dilación en las investigaciones, tras cumplirse cinco meses desde el registro de las denuncias, En conversación informal con los periodistas durante los actos de celebración del 47 aniversario de la Constitución en el Congreso, Sánchez incluso ha querido asumir un “error en primera persona” y avanzado que se reforzarán los recursos humanos destinados a la puesta en marcha de los protocolos antiacoso para evitar que se repitan estas fallas.

El jefe del Ejecutivo ha negado cualquier tipo de injerencia desde la dirección al tratarse de una comisión independiente, liderada por personas de reconocido prestigio, que actúa de forma autónoma. Sobre la posibilidad de llevar las denuncias a la Fiscalía, como han exigido responsables de igualdad de diferentes federaciones, Sánchez ha dudado sobre este paso al entender que la “legislación es clara” y debe ser las propias denunciantes quienes tomen la decisión. Si lo hacen, aseguró que contará con la ayuda del partido.

Sánchez también ha reconocido que el proceso podría haberse resuelto con más celeridad, pero entiende que todavía están en plazo. La comisión antiacoso, justificó, echó a andar en mayo y las denuncias se produjeron en julio. Desde entonces se han producido avances y la pasada semana Salazar se dio de baja de militancia, lo que encendió las alarmas entre sectores feministas del partido sobre un posible cierre en falso. Algo que han tranquilizado desde la dirección asegurando que el proceso sigue en marcha.

Desde el cese el pasado mes de julio de Salazar, cuando ‘Eldiario.es’ publicó los testimonios de las denuncias, Sánchez no ha tenido relación con él. Al contrario, por ejemplo, de la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, pues hace alrededor de un mes trascendió una foto de ambos cenando juntos. El jefe del Ejecutivo también ha asegurado que se enteró por la prensa de estas actitudes de presunto acoso por parte de su asesor y negado cualquier tipo de "connivencia", al recordar que se le cesó de todos sus cargos en cuanto se conocieron las denuncias.

El coste reputacional del caso Salazar por los jirones en la bandera feminista están generando tanto temor en las federaciones socialistas como el impacto por los casos de corrupción. Algo que está agitando el PP y frente a lo que Sánchez se ha revuelto conminando a los populares a implantar los mismos protocolos antiacoso que los del PSOE. "No voy a aceptar lecciones de partidos que no hacen ni el 10%", ha aseverado para poner en valor que se cumplen las exigencias de no injerencia y reivindicar al PSOE como "un partido feminista".

"No podemos tardar tanto"

Desde la dirección del PSOE se hizo autocrítica este viernes, asumiendo "no haber arropado suficientemente a las víctimas". En este sentido, una ministra socialista lamentaba que "no podemos tardar tanto", en referencia a la dilación del proceso, y que "se debería haberle prestado más atención" a las denunciantes.

La fractura abierta por corrientes feministas con la dirección federal y coste reputacional ha obligado a Ferraz ha ir modulando sus mensajes, pasando de normalizar la situación y justificar la demora, con silencio incluido al tema por el líder del partido y presidente del Gobierno, a asumir un 'mea culpa'. 

Tras la autocrítica, los socialistas ya abrían la puerta a revisar sus protocolos frente el acoso sexual. "Somos conscientes de que al ser un sistema innovador precisa de mejoras continuas. Por ello, el PSOE no va a escatimar en recursos hasta que este sistema sea óptimo", señalaban sin dejar de subrayar que son la primera organización en España que cuenta con este tipo de mecanismos.

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