El paseo de Echegaray y Caballero es una de las vías más transitadas durante las Fiestas del Pilar y el Festival Ebro Food Trucks es uno de los culpables. A casi cualquier hora del día, cientos de zaragozanos y visitantes se acercan hasta las orillas del río en busca de algo de entretenimiento, gastronomía de calidad y algún que otro refresco.

No importa la hora a la que uno se acerque hasta el lugar porque siempre cuesta encontrar un espacio en el que acomodarse. Igual que, casi siempre, las filas frente a las distintas camionetas superan la decena de personas. Aunque el menú pasa por Asia, Grecia, Italia y Estados Unidos, la reina de la comida sigue siendo la hamburguesa, tanto por su presencia en la oferta como por su recepción en la demanda.

Con la comida ya en la mano, llega el momento de buscar algo para beber. La cerveza se alza como la más solicitada pero el icono entre los líquidos está más en el continente que en el contenido. 'Los Vachirulos', rojos y negros como el tradicional pañuelo aragonés, se venden en todos los puestos por un euro. El vaso, reutilizable durante todas las fiestas, tiene como objetivo reducir el desperdicio de plástico.

Comida, en su punto. Bebida, preparada. El postre se come en clave dulce: helados, crepes y dulces aparecen en varios food trucks para completar este repetido menú pilarista, como se ve la afluencia de gente en todas las jornadas hasta la fecha.

Con el estómago lleno se baila mejor, o eso parece. Discjockeys y artistas, con querencia todos por las últimas décadas del siglo y por los tributos a grandes artistas, forman la exitosa banda sonora de esta quinta edición del festival.

Aún quedan cuatro días de mucha música y mucha comida junto al río Ebro. No desaprovechen la ocasión.