NOVILLADA SIN PICADORES

Crítica de la cuarta de la Feria del Pilar: Roberto Martín, primera puerta grande de la feria

De vacío Porta Miravé y Jorge Mallén ante magníficos erales de Toros de Guerrero, al tercero de los cuales se premió con la vuelta al ruedo

El novillero Roberto Martín, perteneciente a la Escuela taurina Mar de nubes, abandona el coso de La Misericordia en hombros.

El novillero Roberto Martín, perteneciente a la Escuela taurina Mar de nubes, abandona el coso de La Misericordia en hombros. / JOSÉ MIGUEL CALVO

Carmelo Moya

Carmelo Moya

Esta feria que todavía no ha comenzado en serio y que tanto ha tenido hasta ahora de tobogán de situaciones y de emociones, quien más o quién menos ha dado ya tres o cuatro volteretas en el aire para caer en manos del portor, sea ganadero, veterinario o policía.

Sabido por escandaloso que uno de los factores más problemáticos fue el año pasado –ejercicio de aterrizaje de la actual empresa explotadora de La Misericordia y por tanto disculpable hasta cierto punto– los corrales, parece que las enseñanzas no han sido asimiladas o bien se han ignorado deliberadamente.

A la riada de animales que a día de hoy han desfilado o lo harán por la manga de embarque de los corrales en uno u otro sentido, como titulares o susceptibles de ser reemplazo de otros, se ha anticipado una bochornosa circunstancia que raramente se ve: que la autoridad rechace en el reconocimiento previo ¡una novillada sin picadores! Hombre, ¿también eso? ¿No hay en el campo seis moñacos para sacar una becerrada digna? Pues así está esto.

Novillada en lunes

Pero como ya nada sorprende en esta especie de preferia (pues los carteles trascendentes se sucederán a partir de hoy), uno ni siquiera se pregunta por la chocante circunstancia de que, aparentemente, haya una afluencia de público en una becerrada equiparable a la del domingo en corrida de toros.

Afortunadamente, para cubrir el hueco de la rechazada de Santafé Martón se buscó un lote de erales de garantías y de proximidad (Fuentes de Ebro) como es la titulada Toros de Guerrero.

Aunque figure como titular José Daniel, los más veteranos identificarán rápidamente al taurino y empresario Santi Guerrero, padre del joven ganadero.

Su presentación en Zaragoza no pudo ser más brillante. Más allá de la vuelta al ruedo a uno de los erales (Ilustrado-57, lidiado en tercer lugar) habría que destacar el conjunto y sobre todo un primero magnífico, perfecto de hechuras y de embestidas infinitas, repetidor, codicioso, infatigable, superior... al que Porta Miravé difícilmente medio empató.

Quizá para ahuyentar fantasmas, en su segundo se hincó de rodillas para recibirlo con varias largas afaroladas; quitó por la espalda siendo volteado; fue arrollado una vez más en esa pugna en la que el eral, encastado y repetidor no ofreció tregua ni descanso.

Mal con la espada, Porta no volvió la cara pero al lanzar su moneda al aire... salió cruz.

El también oscense Jorge Mallén se abonó igualmente a las largas de rodillas para recibir a su primero antes de bajarle tímidamente las manos a la verónica.

Cuerpo a tierra en el comienzo de su faena de muleta, el novillo repitió y repitió, embistió y embistió como una máquina hasta que acabó aburriéndose, alumbrando una querencia a las tablas que Mallén nunca supo corregir dejándose arrastrar sin imponer su voluntad. La lógica falta de poder del novillero para someterlo se hizo patente en el quinto, quizá el más asequible pues resultó el menos atosigante, el que dejó estar más. El animalillo, un bendito, se quedó como para torear de salón.

Entre tanto, Roberto Martín, tercer novillero en disputa, fue siempre en volandas de un sector del público que jaleó constantemente su actuación. Primero en ese novillo tercero en el que bien servido iba con el premio de una oreja y que, el palco, muy presionado por los partidarios del torero no sólo otorgó las dos orejas –y su puerta grande de mentirijillas– sino que incluyó en el lote la vuelta al ruedo a la res. Todo un despropósito del presidente Jorge Moreno, que ratifica su falta de idoneidad para ocupar el palco en esta plaza.

Y si explosivo estuvo en el tercero, en el sexto no lo fue menos. Roberto Martín (Escuela Mar de nubes) volvió a irse a porta gayola como en su primero. De nuevo de rodillas, al iniciar la faena de muleta resultó arrollado violentamente sin consecuencias. Luego fue todo toreo al peso, muletazos de oportunidad sin estructura y en dispares emplazamientos. Eso sí, todo entrega y con el apoyo definitivo de sus fieles partidarios. 

ERALES DE Toros de Guerrero que reemplazaron a los anunciados de Santafé Martón (no de La Machamona como por error se publicó en este diario) que fueron desechados por el equipo gubernativo.

PORTA MIRAVÉ

Ovación tras dos avisos y silencio tras aviso.

JORGE MALLÉN

Saludos tras aviso y silencio tras aviso.

ROBERTO MARTÍN

Dos orejas y oreja.

ENTRADA

Un cuarto.