La ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, aseguró ayer en el Senado que "vamos a incrementar el número de servicios y paradas en Zaragoza", como destino tanto final como intermedio, cuando entre en servicio la línea de AVE de Madrid a Barcelona. Sin embargo, Álvarez eludió dar detalles. La programación de los servicios, horarios y paradas comerciales, dijo, "se encuentra en este momento en fase de estudio por parte de Renfe Operadora". Y la ampliación será diseñada "teniendo en cuenta la demanda creciente de los servicios ferroviarios en Zaragoza, que será atendida satisfactoriamente por Renfe". Y nada más.

La ministra respondió en la Cámara Alta a una pregunta del senador autonómico del PAR, José María Mur, que se había interesado por conocer los planes del Gobierno central "para que todos los trenes" AVE de la línea Madrid-Barcelona "efectúen parada en la ciudad de Zaragoza". El parlamentario inició su réplica con ironía. "Creo que, a pesar de todo, la llegada del AVE a Barcelona será algún día una realidad", dijo. "Yo me alegro de que nos diga aquí que va a haber más frecuencias. Eso es lo lógico y lo normal", añadió. Y entró en harina, poniendo sobre la mesa la existencia de una variante ferroviaria "que permitirá que los convoyes no entren en la ciudad de Zaragoza, pasen a siete kilómetros y puedan pasar de largo".

Tras insinuar que buena parte de los trenes pueden pasar de largo por la capital aragonesa porque Renfe "puede tener unos intereses distintos a los intereses generales de los ciudadanos, especialmente de los aragoneses", le afeó a la ministra la tardanza en cerrar un acuerdo para construir la segunda estación del AVE y la inexistencia de fondos para ese fin en el actual proyecto de Presupuestos Generales del Estado.

Mur recordó que la DGA está dispuesta a financiar la infraestructura. "Lo único que queremos es que no nos pongan pegas, firme usted el convenio, dé el permiso y haga algo muy necesario en su ministerio, que es la previsión", le dijo a la ministra.

Magdalena Álvarez le reprobó a Mur el tono irónico y le dijo que "no tiene usted ningún fundamento para poner en duda el esfuerzo" del actual Gobierno "para mejorar las condiciones en la llegada del AVE a Zaragoza". A renglón seguido, enumeró la retahíla de pifias en el proyecto durante la pasada legislatura --poca velocidad y baja seguridad, básicamente--. Y recordó que "a pesar de las múltiples deficiencias constructivas con que nos encontramos", el AVE llega a 300 por hora a la capital aragonesa y por ella circulan "cuarenta nuevos trenes especializados en alta velocidad", con lo que las paradas han aumentado "hasta un 50%" y los trayectos a Madrid y Barcelona duran, respectivamente, un 23% y un 20% menos.

Álvarez terminó aludiendo a "los antecedentes de gestión" y "el nivel de cumplimiento de Fomento" y le recomendó a Mur que los tenga en cuenta para elaborar sus "previsiones de futuro". Pero ni palabra de los cálculos del ministerio para desbloquear la segunda estación.

Mientras, el Departamento de Obras Públicas ha incluido en el proyecto de Presupuestos de la DGA una partida de ocho millones de euros destinados a financiar el apeadero, en previsión de que Madrid dé el visto bueno al proyecto. Lo ha hecho otros años, aunque finalmente ha tenido que destinar los fondos a otras actuaciones.

La estación costará unos cincuenta millones, de los que la DGA ya tiene 18 transferidos por Madrid hace tres años. También tiene preparados los trámites para expropiar el suelo, aunque su inicio está pendiente del plácet del Gobierno central.