El presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán, defendió este miércoles en las Cortes la mesa llamada a renovar el Pacto del Agua de 1992, pero advirtió de que, en ella, el PSOE defenderá «con uñas y dientes» el embalse de Yesa y otras infraestructuras en marcha, como Mularroya. Todos los partidos, desde puntos de vista diversos, o directamente opuestos, respaldaron la oportunidad del diálogo, salvo el PP, cuyo presidente autonómico, Luis María Beamonte, la calificó de «mesa trampa», y reprochó a Lambán que su anuncio fue inoportuno «en el fondo y en la forma». Aun así no cerró del todo la puerta a sentarse en ella, y lo condicionó a que también estén los regantes, entre los que el anuncio ha causado «inquietud» y «una división innecesaria», aseguró.

El presidente Lambán le reprochó que haya actuado como «cofradía del Santo Reproche», reuniéndose con regantes para evidenciar su rechazo a la iniciativa. Afirmó que él está en contacto con ellos y que se avienen a negociar en la mesa. En ella, aseguró el presidente, se hablará «de todo», aunque dejó claro, a base de repeticiones, que el proyecto que ha motivado la activación de la propuesta es Biscarrués.

Lambán explicó que, aunque la «inminente» resolución del Tribunal Supremo sobre Biscarrués fuese favorable a la construcción de la infraestructura, «las directivas que llegan de Europa» obligarán tarde o temprano a desecharla, o cuanto menos replantearla. Por ello abogó por acordar otro proyecto para dar una solución definitiva a unos regantes de Monegros «que llevan esperando desde 1915».

La comparecencia de Lambán había sido solicitada por el PP y por Ciudadanos, que estuvo mucho más abierto a hablar. «Nos sentaremos siempre que nos diga dónde quiere ir y que no se abandonará ninguna obra del Pacto del Agua», afirmó su portavoz parlamentario, Daniel Pérez Calvo. Ni Lambán ni el PAR, defendió Jesús Guerrero, renuncian a priori a ninguna.

No es el caso de Podemos, CHA o Izquierda Unida, que según defendieron Nacho Escartín, Joaquín Palacín y Álvaro Sanz, respectivamente, plantearán cambios en el modelo, como embalses fuera del cauce, y no aprueban Yesa. Pese a que Lambán recordó que los últimos informes, incluso de administraciones «contrarias» a él, como Navarra, avalan su seguridad.

Vox, que defendió el diálogo, lo abordará desde la defensa de un Plan Hidrológico Nacional, porque el agua es tan de todos como «un atardecer en la Alhambra», según expuso en un arranque poético Santiago Morón.