Opinión | EL TRIÁNGULO

Pilares sin folk

Pilares sin folk. Cuántas veces habrán escuchado, leído o retuiteado esta frase en los últimos días. Y con razón. Esta vez ha sido el damnificado de la programación de fiestas diseñada por el actual equipo de Gobierno municipal. Primero austera por el coronavirus, después prudente por la incertidumbre social, ahora irrespetuosa quiero pensar que por ignorancia.

Hay que vivir alejado de la sociedad y las tradiciones aragonesas para dejar fuera de las citas musicales los conciertos que más nos conectan con nuestra tierra. «País sin historia, pueblo sin raíces, carrasca que se secará». Anoten esta frase que escribe la Ronda de Boltaña para compartir, desde la máxima cortesía posible, el manifiesto firmado por medio centenar de grupos para mostrar su decepción con la decisión del ayuntamiento de suprimir un escenario activo desde los años 70. Una ubicación por la que han pasado grupos emergentes, veteranos, de aquí y de fuera, que nos acercaban a nuestros orígenes y a los de otras culturas.

Este año no habrá mascarillas ni gel hidroalcohólico ni aforos. Tampoco animación de la nuestra, la de casa, después de los años tan duros que ha vivido el sector cultural por la pandemia. No habrá folk porque, según el criterio municipal, ellos no forman parte del colectivo de músicos que ha sufrido con la pandemia y se merece recibir un empujón con actuaciones y dinero público. No deben ser profesionales, divulgadores, animadores, conciudadanos… No son dignos de ser apoyados. El patriotismo algunos lo reservan exclusivamente para los mítines.

La plaza San Bruno se quedará huérfana. Y la del Justicia. Y la de San Felipe. Ni Ronda de Boltaña ni Ixo Rai, que sí ofrecerá un concierto en el Auditorio aunque ni siquiera aparezca en el programa y sí figuren grupos que actúan en salas privadas. Todo muy congruente.

Si hubiera querido, el equipo de gobierno podría haber trasladado esos escenarios a otros barrios para, como ellos mismos dicen, extender el ambiente festivo a todos los distritos. Han descentralizado, sí, pero lo que les ha dado la gana. Al folk, directamente, lo han borrado de Zaragoza.

Lejos de resignarnos, los ciudadanos actuamos. Ya circula por redes sociales una ronda alternativa para exaltar nuestras raíces, profundas y renovadas. Nuestro patrimonio cantado y vivido, el que nos recuerda a la infancia y a casa cuando estamos lejos.

Un buen gobernante gobierna para todo el pueblo, no solo para los que le han votado. La memoria es uno de los valores que preserva y difunde el folk. Que nadie dude de que a las miles de personas que les gusta escucharlo sabrán tirar de recuerdos cuando llegue el momento.

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