Opinión | EL TRIÁNGULO

De batallas y reclamaciones

Las claves sobre las que se vota son multifactoriales y la simple evaluación de la gestión puede no ser decisiva

Dicen los que saben que echemos cuenta que hasta julio no va a rodar la legislatura nacional, en espera de los resultados de las elecciones que tenemos por delante. Mientras tanto van a volver los grandes éxitos de las batallas culturales y tu corrupción es mucho peor que la mía. Esto en el ámbito nacional, en el territorial del Euskadi la cosa está en quién es más vasco que el otro y consigue más frente a Madrid, y en Cataluña exactamente el mismo patrón, la identidad de los míos y los tuyos. En verdad, Euskadi tiene, como el resto del país, un problema con la gestión de la sanidad. El segundo más importante, según el Sociómetro del Gobierno vasco, con un 35% de ciudadanos preocupados por el funcionamiento de Osakidetza, 30 puntos más que hace cinco años que estaba al final de la tabla. Para los catalanes, la sequía es el principal problema, mientras que las relaciones entre Cataluña y España ha pasado a la tercera posición con un 9% de interés.

Las claves sobre las que se vota son multifactoriales y tras una campaña que enaltece los ánimos, sean de afecto o de repulsión, la simple evaluación de la gestión puede no ser el factor decisivo en el momento de votar, pero el problema y la preocupación van a seguir ahí. Por mucho que el presidente Aragonès acuda al Senado porque trolear al PP siempre apetece, en sus palabras, lo que de verdad sabe que se juega son las carencias en la gestión de infraestructuras tanto de su gobierno como de la entente con Junts. Rebajado el conflicto político, terminados los planteamientos maximalistas del candidato huido en el maletero de un coche, las carencias ya no las tapan ni banderas ni himnos.

Se nota la campaña electoral porque el Gobierno de España se vuelca en la campaña cultural, y rescata la estrategia de las generales contra los pactos de PP y Vox. Las derogaciones de las leyes autonómicas de memoria democrática y su sustitución por esos proyectos de concordia fueron respondidos primero por el ministro Torres y su acción decidida de interponer recurso ante el Tribunal Constitucional, y ayer mismo por una visita del presidente Sánchez al laboratorio forense del Valle de Cuelgamuros. Todos estaremos de acuerdo en que por casualidades de agenda no ha sido, y que más allá del atropello que es reinventar la historia reciente de nuestro país, este frente divisivo no lo va a soltar en varias semanas. Mientras nos peleamos por si memoria o concordia cuando en lugar de ser excluyentes son necesarias, el campo se siembra, los centros de salud deben abrir, y se acerca la temporada del turismo de sol y playa pero de poca agua dulce.

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