El mejor 'factor Azón'

En el descanso del duelo en el Ciudad de Valencia ante el Levante volvía Iván Azón a jugar con el Real Zaragoza tras más de dos meses de baja desde la lesión en el isquiosural derecho que sufrió ante la Ponferradina el 30 de enero, continuación de aquella que vivió en la misma zona el 15 de octubre ante el Villarreal y que le dejó fuera hasta después del parón navideño, casi tres meses. Desde entonces, como si fuera la pieza maestra de un puzle todo ha encajado mejor para el Zaragoza, que empató y pudo ganar en el feudo del Levante, que doblegó al Granada y que goleó al Racing, ya siempre con Azón en el campo y aumentando su presencia en minutos, hasta 75 en el contundente triunfo ante los cántabros del sábado.

Se cansa de repetir Escribá que al margen del potencial ofensivo que supone el canterano su mayor virtud es que “hace mejores a los demás”, algo en lo que insistió también tras vencer al cuadro racinguista. Lo que es evidente es que el Real Zaragoza lo ha echado mucho de menos en esta temporada, con dos efímeros regresos, el primero ante el Sporting tras el edema óseo con el que convivió en el final de pretemporada y el arranque liguero, y el segundo después de la primera lesión muscular, recaída en la rehabilitación incluida, antes del actual, donde su vuelta ha tenido más impacto que cualquiera de las anteriores.

Solo 13 partidos

De nada sirve ya pensar en lo que habría podido dar de sí el Zaragoza con Azón jugando la mayoría de los minutos o en las cifras que acumularía Giuliano en ese caso, pero es evidente que ambas cosas traerían una mejor realidad para un Zaragoza en el que el canterano solo ha podido jugar en 13 partidos, con seis de titular y tres dianas (Oviedo, Villarreal B y Racing). “Ojalá pueda disfrutar en las seis jornadas que restan de lo que apenas ha podido hacer en esta temporada”, deseó Escribá, un anhelo que hace todo el zaragocismo, consciente de que el equipo con Azón es más equipo, con más gol y capacidad de intimidación.

Con todo, tras volver del edema óseo en la rodilla, jugó en seis encuentros, en tres de titular y con dos victorias, ante el Sporting y el Villarreal B en dos duelos en los que que partió del banquillo. Dos derrotas y dos empates completaron ese balance antes de caer lesionado frente al filial del submarino y tras regalar la asistencia de gol a Zapater. Después del parón reapareció ante el Mirandés (0-0), fue clave saliendo del banquillo en La Cerámica para la remontada y el Zaragoza perdió después ante el Sporting y no pudo con la Ponferradina (0-0) en un duelo donde la musculatura isquiotibial derecha volvió a decir basta.

Sin embargo, su regreso ha tenido mayor impacto ahora, sumado al gran momento de Bermejo y a la presencia de Bebé para conformar un cuarteto que cierra Giuliano y que eleva mucho las prestaciones del Zaragoza. Desde su vuelta, el equipo sumó un punto ante un complicado Levante que iba ganando al descanso y debieron ser los tres, superó al Granada tras el mejor partido del curso y goleó al Racing en un duelo en el que Azón volvió a ver puerta fundiéndose en un abrazo con Andrés Ubieto, recuperador y mejor aliado estos meses de demasiado trabajo de gimnasio para superar una lesión muscular en la que también se juntó un componente mental y emocional. Ahora, con seis citas por delante, el Zaragoza se agarra al mejor factor Azón para culminar no frenar en su estupenda racha de 8 jornadas sin perder.