La opinión de Sergio Pérez

La onda expansiva del fichaje de Bakis y el mensaje del Zaragoza al mercado

El gol es caro y el Real Zaragoza lo va a pagar a un precio alto con Bakis. Bien estará si el turco responde a las expectativas que ha levantado su contratación. Estamos ante un extraordinario delantero. Es, además, una señal al mercado: el Real Zaragoza está de vuelta, va muy en serio deportiva y económicamente y sus aspiraciones vuelven a ser las mayores

Bakis celebra un gol con el Andorra.

Bakis celebra un gol con el Andorra. / LALIGA

Sergio Pérez

Sergio Pérez

Mirando en profundidad, hasta a los mejores y más brillantes equipos de los últimos tiempos se les veía alguna pequeñísima costura. El Real Zaragoza de esta segunda década del siglo ha tenido un roto permanente que lo ha descosido por completo hasta inhabilitarlo para grandes causas. Desde aquel playoff a puerta cerrada en el que el Elche terminó con el sueño del ascenso, por la plantilla ha ido desfilando una colección de delanteros de bajísimo nivel: Toro Fernández, Vuckic, Álex Alegría, Sabin Merino, que por aquí sigue tras haberle firmado un contrato de larga duración de manera incomprensible, Nano Mesa, Álvaro Giménez, el más discupable de esta lista, o Pape Gueye, la última torpeza y seguramente la más sonora.

El Real Zaragoza acumula tres temporadas de fiasco en fiasco y tiro porque me toca. Pocos delanteros venidos de fuera han salvado el honor en este tiempo. Por supuesto, Giuliano Simeone, el más deslumbrante de todos ellos y un futbolista con una carrera espectacular por delante, algunos destellos de Mollejo y unos meses de Narváez hasta que empezó a estar más en el suelo que de pie. De casa, Iván Azón.

Con semejantes contrataciones en un puesto tan capital como el nueve era absolutamente inviable que el destino sonriera al Real Zaragoza. Seguramente, releyendo esa lista tan tenebrosa, ha habido suerte de que la cosa no fuera a mayores. Para cambiar el rumbo de manera radical en la temporada 23-24, Juan Carlos Cordero se va a echar en brazos de Sinan Bakis, el hombre cuya contratación le ha costado decenas de llamadas, cientos de mensajes de cariño y mil desvelos en una negociación larga y con numerosos vaivenes, con la sombra de la Primera División amenazando el éxito de la operación, sobre todo por el interés del propio jugador en dar el salto hacia arriba.

El director deportivo fijó su objetivo pronto y ha cortejado al punta turco durante meses aprovechando el vacío que dejaba abierto el contrato que firmó en el Andorra, por un año y prorrogable automáticamente por un número de partidos que no cumplió. Al final, ha logrado seducirlo y traerlo en propiedad a la vera de un proyecto con un gran atractivo y convertirlo en su jugador estrella. Para lograrlo, Cordero ha tenido que romper la hucha en mil pedazos.

El gol es caro y el Real Zaragoza lo va a pagar a un precio alto. Bien estará si Bakis responde a las expectativas que ha levantado su contratación. Estamos delante de un delantero puro, que le pega de maravilla con las dos piernas, con una importante presencia física, buen rematador por alto y un ratio disparos-goles realmente interesante.

Fue el tercer realizador de la temporada 22-23 en Segunda con 12 goles (siete con el pie, dos de cabeza y tres de penalti), por detrás de Uzuni, del Granada, con 23, y de Raúl García de Haro, del Mirándes (19). Un fichaje que tiene como objetivo principal romper esa nefasta racha de apuestas fallidas con los delanteros centros de los últimos años y que va a provocar una enorme onda expansiva. Es una señal al mercado: el Real Zaragoza está de vuelta, va muy en serio deportiva y económicamente y sus aspiraciones vuelven a ser las mayores.