Real Zaragoza

Millonarios entre leones. La previa del Memorial Carlos Lapetra

El campeón colombiano prueba la ebullición del zaragocismo en un trofeo de vuelta tras tres años entre suspensiones y restricciones

Aficionados zaragocistas, durante la presentación, este miércoles, de Poussin en La Romareda.

Aficionados zaragocistas, durante la presentación, este miércoles, de Poussin en La Romareda. / ANGEL DE CASTRO

Jorge Oto

Jorge Oto

Desde 2019 no se celebra un Memorial Carlos Lapetra en condiciones. Entonces,el Alavés se llevó el trofeo en los penaltis tras un empate sin goles marcado por la presencia de 11.000 aficionados en las gradas, una cifra nada desdeñable en pleno mes de agosto. La maldita irrupción, meses después, de la pandemia se llevó por delante el mundo entero y, con él, el fútbol, que, después de tres meses en parálisis total, fue recobrando el pulso poco a poco. No corrió el balón en 2020 pero sí hubo fútbol un año después, aunque con severas restricciones de aforo y mascarilla en ristre. Ganó el Getafe, por cierto, también por penaltis y después de otro 0-0.

Tampoco hubo tributo al legendario magnífico en 2022, cuando el Real Zaragoza aplazó el torneo apelando a las obras de acondicionamiento de una Romareda que meses después recibiría la visita de la selección española. El aplazamiento fue, finalmente, una suspensión. Así que, cuatro años después, el Trofeo Ciudad de Zaragoza Memorial Carlos Lapetra rescata la normalidad para inundar de sonrisas un estadio municipal ávido de fútbol y con el telón listo para comenzar la función.

La visita del ilustre Millonarios, el campeón colombiano que acude a la cita gracias a las famosas sinergias, contribuirá poderosamente a que las gradas de La Romareda presenten un aspecto tan atractivo como el de un Zaragoza que tiene a sus fieles en plena ebullición. Más de 26.000 abonados amenazan seriamente el récord de socios del club en Segunda División, prueba irrefutable de la ingente dosis de ilusión y esperanza que ha despertado el equipo diseñado por Juan Carlos Cordero, sin duda, el zaragocista más destacado de la pretemporada.

Ni siquiera la transmisión del encuentro (Aragón TV, 21.30) se erige como poderosa razón para restar afluencia a un graderío con mono de fútbol y de un Real Zaragoza que lleva un mes transmitiendo buenas vibraciones y contagiando optimismo a través del juego y, sobre todo, de unas sensaciones a las que la afición se aferra con uñas y dientes para confiar en que, esta vez sí, la pesadilla se convertirá en sueño.

Con media docena de fichajes y una severa reestructuración en una plantilla a la que todavía le sobran tres efectivos, el Zaragoza se presenta ante su gente con gran parte de las tareas de verano ya realizadas. Falta, eso sí, velocidad fundamentalmente desde los costados. Extremos con piernas, desborde y profundidad. La madre del cordero desde hace años junto a la carencia de gol de un Zaragoza que, al fin, cuenta con tres delanteros centros (Bakis, Enrich y Azón) de garantías.

Todos ellos tendrán minutos en una cita a la que solo faltará uno de los nuevos: el lateral francés Lecoeuche. Y quizá su compatriota Poussin, aún en rodaje. No se lo perderán Toni Moya y Maikel Mesa, dos de las sensaciones de una pretemporada marcada por el entusiasmo adquirido por un zaragocismo entregado a su director deportivo en cuerpo y alma. Ahora falta, eso sí, que el balón entre y, en ese sentido, todo queda en manos de Escribá y el resto del cuerpo técnico blanquillo. 

Vuelve la fiesta. Vuelve una cita sagrada en la que se rinde homenaje al máximo exponente de Los Magníficos: Carlos Lapetra, un extremo de los que no hay.