La opinión de Sergio Pérez

Escribá, los cenizos y el equipo patas arriba

El Real Zaragoza está atravesando un mal momento, confirmado con la derrota frente al Mirandés. El equipo jugó toda la segunda parte con diez por la expulsión de Sergi Enrich. Pudo marcar pero acabó marcándose en propia meta. La fortuna está ahora de espaldas y los resultados, también. En la adecuada gestión de estas situaciones de crisis y la concienzuda búsqueda de soluciones es donde va a residir una de las claves principales de la temporada. Problemas hay, remedios también. 

Sergi Enrich ayuda a levantarse a Iván Azón tras una ocasión del Real Zaragoza.

Sergi Enrich ayuda a levantarse a Iván Azón tras una ocasión del Real Zaragoza. / ÁNGEL DE CASTRO

Sergio Pérez

Sergio Pérez

La foto del Real Zaragoza que terminó este domingo el partido contra el Mirandés es un reflejo de que las primeras piedras han aparecido definitivamente en el camino de esta temporada. El equipo acabó patas arriba. Con Sergi Enrich expulsado poco antes de terminar la primera parte después de una acción prescindible y Lecoeuche acalambrado a los 70 minutos el día de su vuelta tras una lesión muscular, Borge finalizó el encuentro en el lateral izquierdo cuando lo había arrancado en el derecho y Francés desplazado a ese costado con Mouriño en el centro de la defensa.

Arriba sin ninguno de los tres grandes. Bakis había sido suplente, Azón vencido por el agotamiento tras un derroche titánico y dos pequeños, Manu Vallejo y Mollejo, en busca de un objetivo: cubrir por despliegue físico y esfuerzo el hueco que había dejado la inferioridad numérica.

La derrota contra el Mirandés alargó la mala racha una jornada más, la tercera consecutiva con dos traspiés y un empate, un punto de nueve, después de aquel estratosférico quince de quince del principio del campeonato. El equipo perdió el liderato y se lo cedió al Leganés. A la espera del encuentro del Espanyol, mantiene el segundo puesto y plaza de ascenso directo.

Antes de que el choque se torciera con la roja a Enrich, el Real Zaragoza había buscado el gol con ahínco, mucha posesión y varios merecimientos, especialmente en un balón de Borge al espacio que corrió muy bien Valera y sirvió para Azón, al que le faltaron milímetros para embocarlo. Ya con diez tras el descanso, a Iván le negó el gol el palo tras un violento cabezazo en un gran servicio de Lecoeuche.

Aquella moneda que estuvo un mes cayendo de cara, se ha dado la vuelta y ahora está cayendo del lado de la cruz. Cerca del final, Jair metió la pelota en la portería de Cristian al intentar despejar un balón. Fue el 0-1 final. En los buenos momentos, las cosas van solas. La dinámica ganadora, la alegría y el optimismo empujan con fuerza en la hora de los triunfos. Con cenizos o sin ellos, que de todo hay como en todas partes, el Zaragoza está ahora atravesando un mal momento. En la adecuada gestión de estas situaciones de crisis y la concienzuda búsqueda de soluciones es donde va a residir una de las claves principales de la temporada. Problemas hay, remedios también. En ello han de enfocar toda su energía Escribá y la plantilla a partir de ya.