El rombo de las Bermudas

El esquema empleado por Escribá en el centro del campo no ha sido fructífero pese al triunfo blanquillo

El equipo ha dominado el juego, pero le ha costado construir jugadas por el carril central

Marc Aguado se lanza al suelo en una acción del partido del Real Zaragoza frente al Andorra.

Marc Aguado se lanza al suelo en una acción del partido del Real Zaragoza frente al Andorra. / Carlos Gil Roig

David García Arlegui

David García Arlegui

Ha logrado vencer el Real Zaragoza en el Estadi Nacional d’Andorra con 300 fieles en las gradas para retomar la senda de la victoria, pero no lo ha hecho convenciendo en un partido marcado por la falta de ideas en la construcción de juego que venía lastrando al conjunto blanquillo en los últimos partidos de la Liga.

Bien lo sabía Fran Escribá, que ha tratado de introducir un nuevo esquema de juego con el que arrebatar la posesión al Andorra de Eder Sarabia, quien manifestaba días antes del choque que tenía claro como parar a este Real Zaragoza. En cualquier caso, los blanquillos sí han conseguido hacerse con el balón en la mayor parte del tramo, pero como una consecuencia de la expulsión al capitan andorrano, Rubén Bover, al llegar tarde e impactar con su bota en la cara de Marc Aguado en el minuto 18.

Todo parecía estar a favor para que el nuevo sistema diese sus frutos, aunque ni con un hombre más sería capaz el Real Zaragoza de encontrar entre líneas a Bermejo, Mollejo y Vallejo, los tres atacantes del cuadro zaragocista este jueves. Sin claridad en sus ataques posicionales, el juego de los de Escribá ha pasado en muchas fases del choque por largas jugadas en las que los dos defensores centrales, Alejandro Francés y el recién estrenado Lluís López, intercalaban pases sin poder encontrar a los suyos en el carril central del juego o con dificultades para poder hacerlo.

Con Mollejo como el punta más activo, los de Escribá han tenido que utilizar las bandas para adelantarse ante el Andorra tras minutos de escasa producción ofensiva, como ha sido la tónica en la práctica totalidad del encuentro, sin contar el tramo final en el que el técnico valenciano ha prescindido del esquema inicial al dar entrada a Germán Valera e Iván Azón por Vallejo y por un Bermejo al que no ha beneficiado el sistema de juego, ya que apenas ha recibido el balón. Sin embargo, tampoco han conseguido generar el peligro deseado los blanquillos en su intento de atacar por las bandas cuando lo hacían, en gran parte debido a las escasas incorporaciones de Luna y Borge, los dos laterales del equipo este jueves.

«Nosotros tenemos cuatro jugadores en el medio y ellos tres, aunque es cierto que echas de menos no tener unos laterales profundos», manifestaba Escribá tras el choque. «Hemos defendido bien, pero en ataque nos hemos quedado cortos», confesaba.

Aunque en todo momento ha contado con la posesión de balón durante el partido, el cambio de esquema tras las entradas de Valera y Azón sí ha hecho al Real Zaragoza disponer de ocasiones claras para haber sentenciado el duelo, pese a que los blanquillos no las materializasen, con diferentes contragolpes empañados por una mala toma de decisión a la hora de finalizar la jugada. 

La necesidad del Andorra de buscar el empate también ha resultado clave para entender los espacios de los que terminaría disponiendo el cuadro aragonés, que ha tenido en las botas de Valera, en dos ocasiones, y de Iván Azón, en otra, la oportunidad de evitar el sufrimiento de los minutos finales sentenciando el encuentro.

Con todos los factores, el Real Zaragoza ha sacado adelante el choque en Andorra con el particular esquema de Fran Escribá, no sin sufrimiento, eso sí. En un partido en el que los tres mediocentros puros (Grau, Aguado y Moya) han terminado amonestados, el rombo del entrenador blanquillo ha dotado de posesión, aunque no de profundidad, al juego de su equipo.