La opinión de Sergio Pérez

El Zaragoza, la nueva Romareda y el negocio de la Primera División

En los próximos meses y en los próximos años se hablará mucho del estadio y de lo que su proceso de construcción generará a todos los niveles. La nueva Romareda es una necesidad para la SAD y para la ciudad, pero en su sentido más puro el verdadero negocio para el club no es ese. El gran negocio para el Real Zaragoza es el ascenso a Primera División. 

Jorge Mas atiende a los medios de comunicación en su última visita a Zaragoza.

Jorge Mas atiende a los medios de comunicación en su última visita a Zaragoza. / REAL ZARAGOZA

Sergio Pérez

Sergio Pérez

Al final de su trayecto en la entidad, varios de los hombres fuertes del Real Zaragoza en la etapa previa a la actual definían su paso por la SAD de una manera muy gráfica y que se puede resumir del siguiente modo. Decían: salvamos de una muerte segura al Real Zaragoza, lo estabilizamos, lo mantuvimos con vida durante ocho años y le mejoramos poco a poco su salud. En ese tiempo, la deuda se redujo prácticamente a la mitad y el estado económico de las cuentas mejoró de manera sustancial aunque su volumen continuaba siendo muy elevado y difícilmente sostenible el día de su partida.

Ese modelo sirvió para tapar la cabeza de la SAD y, a la vez, para destaparle los pies con una política deportiva de venta constante de activos de la Ciudad Deportiva. Para todo no había. A pesar de ello, el equipo estuvo muy cerca de ascender a Primera División en una ocasión, en el primer intento con aquella propiedad en Las Palmas. Otras dos veces más disputó el playoff con muy buenas perspectivas que terminaron en grandes frustraciones por razones de diferente causalidad.

A aquel Real Zaragoza le faltó mucho músculo financiero. Sí lo tiene el que ahora vivimos con un poderoso grupo de inversión internacional de varias cabezas en la cúpula de mando, con numerosas ramificaciones y sinergias, al que pone una amable cara Jorge Mas y que dirige sobre el terreno Raúl Sanllehí. La tarea que más tiempo ha ocupado a la actual propiedad ha sido la reducción de deuda con tres ampliaciones de capital en un año y medio.

En la agenda de los propietarios que aterrizaron en el club en 2014 estuvo también el proyecto del nuevo estadio, un plan perfectamente diseñado y calculado pero abortado después de las elecciones municipales de 2015. También ha estado siempre en la primera línea de pensamiento de este nuevo Real Zaragoza que entiende como un pilar fundamental la construcción de otra Romareda para entrar en la modernidad, contar con un motor de crecimiento adaptado a los tiempos y una fuente rejuvenecida de generación de recursos.

El proyecto ha echado ya a andar sin consenso político pero con el acuerdo total entre el Gobierno de Aragón, el ayuntamiento y la propia Sociedad Anónima y un importante apoyo económico público, lo que ha servido para la constitución de la sociedad que lo gestionará y que garantiza su puesta en marcha y futuros enfrentamientos políticos y de poder para quedarse con algún trozo de la tarta que la obra y sus usos adyacentes producirá. Más allá de estas tramas tan zaragozanas, el levantamiento de un nuevo estadio es una necesidad de primer orden para el Zaragoza y para la ciudad.

El campo es uno de los cuatro pilares de la estrategia de trabajo del grupo de inversores internacionales que rigen los destinos del club. Los otros tres son el saneamiento de la entidad, el proyecto social (los 28.882 abonados actuales confirman el éxito del modelo) y el deportivo, íntimamente relacionado con el plan económico. En estas dos temporadas, el Real Zaragoza ha podido moverse en un límite salarial en el entorno de los diez millones de euros, algo arriba, algo abajo, cifra que lo ha situado en estos momentos como el sexto más alto y, por lo tanto, en disposición de pelear por el playoff y el ascenso. La decimocuarta posición actual del equipo no refleja su teórico potencial.

En los próximos meses y en los próximos años se hablará mucho del estadio, de lo que su construcción producirá y de los rifirrafes y disputas de todo tipo que ya vendrán, las que se harán con luz y taquígrafos y las que quedarán al cobijo del silencio y entre bambalinas. Para el club, en su sentido más puro, el verdadero negocio no es ese. El gran negocio para el Real Zaragoza es el ascenso a Primera División. Ahí sigue estando el maná en el fútbol y el dinero que lo transformaría todo. Por ello, su consecución es prioritaria. En ello deben afanarse todas las partes, Juan Carlos Cordero mejorando la plantilla en el mercado de invierno y Julio Velázquez dirigiéndola hacia las alturas.