La 32ª jornada de Segunda

La única consigna es huir

El Real Zaragoza necesita ganar en Anduva para poner más tierra de por medio con el descenso y evitar que las alarmas se disparen

Víctor mantendrá a Mouriño en el lateral derecho para que Lluís López entre en el eje y dará plaza de titular a Liso en la banda izquierda en un partido al que el equipo llega con siete bajas

Víctor Fernández observa el entrenamiento de Bakis, Vaquero y Lluís López.

Víctor Fernández observa el entrenamiento de Bakis, Vaquero y Lluís López. / MIGUEL ÁNGEL GRACIA

La tabla no vive de ilusiones ni de regresos añorados, solo lo hace de puntos y la vuelta de Víctor, ese deseado retorno del técnico, no se tradujo en una victoria ante el Espanyol, sino que llegó otra derrota del Real Zaragoza para aumentar un estado de urgencias que se incrementó poco este sábado gracias a que solo el Alcorcón ganó, ya que tanto el Villarreal B como el Andorra cayeron, dejando el colchón en seis puntos, antes de una visita en esta tarde dominical al Mirandés (18.30 horas), que es un enemigo directo, y hay que ver cómo duele decir eso, que se ha convertido en clave, absolutamente fundamental para que las alarmas no se disparen. El peligro está latente, no muy cerca aún, pero sí como amenaza, y lo que parecía impensable hace unos meses, casi ciencia ficción, es una realidad tangible de la que solo se escapa ganando. «Hay que pasar de la ilusión a los triunfos». Con esa frase lo resumió Víctor. La consigna es, pues, huir. Y para huir de verdad solo vale vencer.

Esa es la única realidad para este Zaragoza que viene perpetrando una terrible temporada que empezó con la ilusión de las cinco victorias seguidas y el liderato. Desde entonces, en las 26 restantes, ha sido el peor de Segunda, tan alejado de las victorias que solo ha sumado cuatro. Víctor, que fue capaz de dibujar una mejor apariencia futbolística y sin duda una apuesta más valiente ante el Espanyol, sobre todo en la segunda parte, quiere sumar el primer botín en Anduva porque sabe a la perfección lo que implicaría que el equipo se metiera de lleno en los bajos fondos y en la pelea por un descenso a Primera RFEF que sería una tragedia a todos los niveles. Mejor ni pensarlo...

Para evitarlo, el Zaragoza debe sumar, en las 11 citas que restan, tres o a lo sumo cuatro triunfos. Es una meta difícil si se analiza solo el devenir del curso tras el pleno inicial o si mira la estadística reciente del equipo, que suma un punto de 18 posibles y que lleva cuatro jornadas sin marcar, pero lo cierto es que es un objetivo muy alcanzable a poco que se confirme la revitalización de un bloque al que Julio Velázquez dejó moribundo hace solo dos semanas tras caer en Valladolid y al que Víctor está intentando reanimar tanto en el césped como en el aspecto moral.

Sin Francés, Francho y Mollejo

El camino, del que está plenamente convencido, ya se marcó en la segunda parte ante el Espanyol y, con una semana más de por medio y un enemigo de menor altura como es el Mirandés, los efectos deberían ser más visibles. Tienen que serlo a la fuerza, sobre todo en los resultados porque la victoria es agua de mayo, una obligación casi absoluta, aunque al menos hay que sumar en un escenario que no se le da bien al equipo zaragocista, con tres derrotas consecutivas.

Para aumentar el dramatismo de la cita están las bajas, ya que han caído lesionados dos piezas fundamentales, Francho y Mollejo, y no está, por las vicisitudes del calendario, Francés, con la sub-21 y que supone una ausencia crucial, la mayor de las tres. Así, Víctor se ve obligado a introducir tres novedades en su once, con Lluís López, Marc Aguado y el aún juvenil Adrián Liso de claros candidatos.

Tiene decidido el entrenador mantener a Mouriño en el lateral derecho, donde hoy le examina Gabri, de los mejores extremos de la categoría, para que Lluís López entre en el eje junto a Jair, mientras que la pareja de Toni Moya en la sala de máquinas apunta a Marc Aguado. Liso, tras debutar ante el Espanyol desde el banquillo, saldrá de inicio, con la necesidad de que demuestre desequilibrio y uno contra uno, una carencia clara. Mientras, la nómina de bajas, que también incluye las habituales de Guti, Borge, Nieto y Cristian, hizo que Vaquero y Pau Sans, al que Víctor también le tiene mucha fe, sean las novedades del Aragón.

Conserva el míster su confianza en que Bakis vaya ganando su mejor versión, física y futbolística, y tampoco debería tocar el 4-2-3-1 en un Zaragoza que lleva cinco meses y medio y once salidas ligueras consecutivas sin vencer, una eternidad a la que necesita poner fin en Anduva ante un enemigo que tiene las bajas de Baeza, Martón, Luna y Mendes y que es rápido en su zona de ataque y un flan en la defensiva. Alessio Lisci lo ha acorazado en los últimos partidos con tres centrales, pero puede volver a la defensa de cuatro y a devolverle la camiseta titular a Tachi en la medular tras su lesión, con Carlos Martín, la referencia que no quiso Cordero, en punta de lanza de un equipo repleto de cedidos y con varios exzaragocistas (Álvaro Sanz, David Vicente o Verdasca). Es un enemigo inferior si el Zaragoza da una versión acorde a sus posibilidades. Pero la tiene que dar. Y sin ya más demora... 

Alineaciones probables

CD Mirandés: Ramón Juan; Vicente, Pablo Ramón, Barcia, Barbu, Jonathan Gómez; Álvaro Sanz, Reina, Chaira; Gabri y La Gumina.

Real Zaragoza: Edgar Badía; Mouriño, Lluís López, Jair, Lecoeuche; Marc Aguado, Toni Moya; Germán Valera, Maikel Mesa, Adrián Liso; y Bakis.

Árbitro: González Díaz (Comité Asturiano).

Campo: Anduva.

Hora: 18:30.