Quizás la peor de las consecuencias del auge del tabaco ilegal sea la facilidad con la que los menores pueden acceder al mismo. La venta a menores de 18 años está taxativamente prohibida en estancos y máquinas expendedoras, pero en el que se vende por internet o en la venta ilegal callejera no hay ningún tipo de control. Los estanqueros denuncian que ninguna web --exige documentación para acreditar la edad--. El precio, reventado, también juega a favor de que este sea el canal preferido por los adolescentes, que gozan de menor poder adquisitivo. Al margen de los datos de las incautaciones hay otro indicador del volumen que alcanza el consumo de tabaco 'en negro'. Es el estudio que hace la empresa Ipsos sobre cajetillas halladas en papeleras financiado por la Mesa del Tabaco, que reúne a los representantes del sector. Según Ipsos, este consumo pasó de representar un 4,4% del total en el 2009 al 12% en el 2012. Desde entonces se ha reducido hasta el 10%.