PIONERO

“Lo de que drogamos a los perros es una leyenda urbana”: Iván García es el primer español en la élite del adiestramiento de perros policía

La Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas (Frontex) le ha promocionado al mayor rango continental

Empezó en actividades subacuáticas de la Guardia Civil, pero en 2011 cambió el buceo por los perros

Iván Garcia junto a su primera perra policía, una pastor belga llamada Trinity, ya fallecida.

Iván Garcia junto a su primera perra policía, una pastor belga llamada Trinity, ya fallecida. / Cedida

David López Frías

Durante la entrevista, Iván García González (Madrid, 1979) se ve obligado a hacer alguna pausa para llamarle la atención a Puszka, su perra de raza pinscher, que no para de corretear por casa. “Esta es mi perrita particular. Se llama Puszka, que en polaco significa lata. En cambio, el otro perro que tengo, Nerón, que es un pastor belga de la Guardia Civil, está aquí a mi lado sin moverse”, explica.

Iván ingresó en la Benemérita en el año 2000, pero al principio su trabajo no estaba ligado al de los perros. “Al principio era buzo, estaba en actividades subacuáticas. Pero en 2011 me apeteció darle un cambio de rumbo a mi vida e hice el curso de guía de perros”. Siempre le habían fascinado los animales. En su casa siempre hubo perros. En la casa de sus padres y en la de sus abuelos. Lo que no imaginaba era que, en este ámbito, iba a convertirse en un pionero en nuestro país.

Iván, que está destinado en el Centro de Adiestramiento de Perros que la Guardia Civil tiene en El Pardo (Madrid) acaba de ser nombrado el primer asesor español de la historia de Frontex (la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas) para el adiestramiento de perros. Algo así como la élite de la formación mundial tanto de perros policía como de los agentes de las unidades caninas. Es el mayor escalafón del adiestramiento de perros policía del continente.

Nombramiento sorpresa

Hasta la fecha, la agencia solamente contaba con la presencia de cuatro expertos policiales: dos suecos, un finlandés y un austriaco. "Sabíamos que más pronto que tarde tendrían que ascender a alguien, porque cada vez está más demandado. Pero en toda Europa hay unos 50, no me imaginaba que me iban a promocionar a mí", le cuenta a El Periódico de España, del Grupo Prensa Ibérica.

El nombramiento se hizo efectivo por sorpresa en el marco del curso iniciado en febrero para certificar nuevos instructores caninos europeos. Concretamente, durante el módulo de exámenes del curso de instructor que se está desarrollando en la sede de la Guarda Nacional Republicana en Quelúz (Portugal). “Me lo comunicaron el primer día y fue una mezcla de sorpresa y orgullo enorme. Ahora me toca estar a la altura”.

Iván ha llegado al máximo escalafón del adiestramiento canino de la agencia europea Frontex.

Iván ha llegado al máximo escalafón del adiestramiento canino de la agencia europea Frontex. / Cedida

En 2011 inició el curso de instructor de guía de perrosTres años más tarde cursó el de instructor europeo. Y desde entonces no ha dejado de trabajar en los diferentes ámbitos en los que la Guardia Civil utiliza a sus unidades caninas: “Son tres campos diferenciados: el primero es el de detección de sustancias. Pueden ser drogas, pero también explosivos, tabaco o restos biológicos como sangre o semen”.

El segundo concierne a la búsqueda de personas. Se utilizan, por ejemplo, en terremotos o riadas. Pero también para temas de inmigración. No solamente los casos típicos que salen en la tele en los que vemos a personas siendo traficadas en el interior de vehículos. También en campo abierto, en la montaña. Cuando el perro detecta a la persona, hace un marcaje proactivo. Es decir: ladran”.

La tercera es el uso de la fuerza. Un perro, dependiendo de la raza que sea, puede servir para llevar a cabo la reducción de una persona. Sirven para acompañar a equipos de intervención o contención de masas. Obviamente, para estos casos, el perro tiene que ser de una raza grande”, explica.

450 perros

Porque no hay una raza concreta para ser perro policía. “Sí que hay algunos que se descartan porque tienen, por ejemplo, la nariz chata. Por cuestiones prácticas”. Pero, de los 450 perros con los que cuenta la Benemérita en España (no se cuentan ahí los de los otros cuerpos de seguridad del Estado), “no hay razas específicas. Los que más abundan en el cuerpo son los pastores belgas y pastores alemanes. También hay labradores, perros de agua, algún cocker y algún spaniel. No hay en la Guardia Civil, por ejemplo, Jack Rusell, que sí que los he visto en cuerpos de otros países”.

¿Cómo se lleva a cabo la selección para ser perro policía? ¿Sirve cualquiera para ello? La forma en la que estos perros llegan al cuerpo son principalmente tres: “La primera es la compra a una serie de criadores. Se les realiza una serie de pruebas específicas. De instinto al cobro, de caza, de sociabilidad. Se evalúa que no sean agresivos o no tengan miedos. Y siempre se testean cuando están todavía sin adiestrar”. Las otras dos formas de adquisición son “la cría propia, pero ese es un proceso más largo, porque el perro empieza a trabajar cuando tiene más o menos un año. Y la tercera es la donación”.

Iván, junto a su perro Nerón, especializado en detección de sustancias.

Iván, junto a su perro Nerón, especializado en detección de sustancias. / Cedida

Durante la entrevista, es imposible evitar la pregunta. Esa leyenda urbana que dice que a los perros que detectan estupefacientes se les droga. “Sí, claro. Y a los que detectan explosivos, ¿se los damos para que se los coman? Y los que detectan dinero, ¿qué, los alimentamos con billetes?”, ríe. Es, no obstante, “una pregunta que me hacen muy a menudo. Pero no pasa de eso, de ser una leyenda urbana. Los perros detectan olores y se les enseña a identificarlos. Es como su forma de llegar al premio”.

La experiencia más dura

Ahora, Iván se encuentra en la cumbre, en el escalafón más alto. Pero antes ha pasado más de diez años participando en diferentes operaciones policiales, así que las ha visto de todos los colores: “No sólo en España. Por toda Europa. De hecho, he tenido experiencias complicadas. Te podría decir que las más duras fueron en Bulgaria y en Hungría, con operaciones contra la inmigración ilegal. Encontramos a familias enteras, procedentes de Siria o Pakistán, a diez grados bajo cero, en mitad del monte, sin comida y sin bebida”, relata.

Iván convive ahora con la traviesa Puszka (que no está en el cuerpo) y con Nerón, un pastor belga que está especializado en detección de sustancias. Con él lleva un año y medio. Pero antes, su fiel compañera fue Trinity, la perra con la que posa en su foto de perfil de Whatsapp. “Era una perra dual, especializada en detección de sustancias y de personas. Estuve ocho años con ella. Ya falleció, pero es responsable en gran medida de este ascenso. Cuando llegas a este cargo, te colocan tres estrellas. Y yo creo que, al menos una, le pertenece a ella”.

Ahora le toca compatibilizar su trabajo en la unidad de El Pardo con su nuevo cargo, en el que le tocará viajar constantemente por toda Europa, formando a los agentes que irán acompañando a las unidades caninas del continente localizando droga, explosivos, dinero o personas. A Trinity, que es la que aparece en la foto que abre el reportaje, le dedica Iván este ascenso.